NUEVE: "El libro de LuHan"

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Fueron en metro al Lower East Side. Tenía hambre, pero no quería romper las normas sugiriendo que cenaran. Sin embargo, Baekhyun lo tenía todo controlado: una reserva a las 22.00 en un restaurante llamado Momofuku Ko. Estaban de nuevo en la zona horaria Byun.

—Éste es mi regalo por haberme traído a Nueva York —le dijo.

Se sentaron en una barra para doce comensales donde podían ver a los chefs cocinando. Apenas había ninguna de las molestas formalidades que hacen de los restaurantes un lugar tan estresante.

—¿Preferencias, alergias, algo que no les guste? —preguntó el cocinero.

—Soy vegetariano pero como pescado y marisco sostenibles —respondió Baekhyun. —Él come de todo; literalmente de todo.

Perdió la cuenta de los platos. Chanyeol comió mollejas, foie (¡por primera vez!) y huevas de erizo de mar. Bebieron una botella de champán rosé. Habló con los cocineros y le explicaron lo que hacían. Probó los mejores platos de su vida sin tener que ponerse chaqueta para cenar. De hecho, el hombre que tenía al lado llevaba un atuendo que se habría considerado extremo en el Marquess of Queensbury e incluía múltiples piercings faciales. Lo oyó hablar con el cocinero y le preguntó de dónde era. Se lo dijo.

—¿Y qué te parece Nueva York?

Chanyeol le dijo que le parecía muy interesante y le explicó cómo habían pasado la jornada. Pero fue consciente de que, sometido al estrés de hablar con un desconocido, su actitud había cambiado (o, para ser más precisos, se había revertido) a su modo habitual. Durante el día, con Baekhyun, se había sentido relajado y se había comportado y había hablado de forma distinta, un estado que se prolongó en su conversación con el chef, pues, en esencia, era un intercambio profesional de información. Sin embargo, en la interacción social informal con otra persona había aflorado su conducta habitual. Y sabía muy bien que su conducta habitual y su forma de hablar resultan muy extrañas a los demás.

El hombre de los piercings debió de notarlo.

—¿Sabes lo que me gusta de Nueva York? —le dijo—Hay tanta gente rara que nadie se extraña. Todos encajamos.

—¿Qué te ha parecido? —le preguntó Baekhyun cuando volvieron al hotel.

—El mejor día de mi vida adulta—contestó.

Baek se mostró tan feliz con su respuesta que decidió no concluir la frase: «Exceptuando el Museo de Historia Natural.»

—Duerme hasta tarde. Mañana nos vemos aquí a las nueve y media y repetimos lo del desayuno, ¿vale?

Discutir habría sido de todo punto irracional

—¿He dicho algo inadecuado?

A Baekhyun le preocupaba que hubiese hecho comentarios inoportunos en su visita a la zona del World Trade Center. El guía, un antiguo bombero llamado Frank que había perdido a muchos de sus colegas en el atentado, era sumamente interesante y le planteó numerosas preguntas técnicas que respondió con inteligencia y, por lo que le pareció, entusiasmo.

—Podrías haber cambiado un poco el tono —señaló Baek. —Has dejado de lado las connotaciones emocionales.

Por lo tanto, Chanyeol había reducido la tristeza. Bien.

Dedicaron el lunes a visitar lugares de interés turístico. Desayunamos en Katz's, donde se había rodado una escena de una película titulada.

Cuando Harry encontró a Sally. Subieron a lo alto del Empire State, famoso también por ser punto de encuentro en la película Tú y yo. Visitaron el MOMA y el Met, ambos excelentes.

Yeol's LawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora