𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟕

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—Becky, tengo buenas noticias sobre Freen.

—¿Hablaste con su amiga? —Dijo Becky, emocionada. Ni siquiera le importaba estar en medio de una clase. —¿Qué ha dicho ella?

—Dijo que Freen no te odia, sólo se avergüenza de hablar contigo. —Irin explicó brevemente. —Creo que deberías intentar hablar con ella.

Becky dudó en si hacerlo o no. Todavía no tenía toda esa confianza, aunque sabía que ella no la odiaba.

Fue como un paso adelante, pero aún faltaban varios. Tanto para ganar confianza como para tener una verdadera amistad con ella.

Le dijo a Irin que lo haría más tarde y decidió continuar resolviendo los ejercicios en su cuaderno.

——

Han pasado algunos meses.

Freen pensó mucho en Becky y llegó a la conclusión de que debía hablar con ella.

¿Qué daño le haría? Si algo sucede y ella se avergüenza, sólo debería ignorarla y seguir con su vida.

Becky ya había intentado hablar con ella antes, pero renunció a la idea.

Freen pensó que debía hablar con ella y detener toda esta vergüenza, al menos por un momento.

Pero aún no sabía cómo lo haría.

Cuando llegó a la escuela, recordó que tenía clases de educación física.

Fue entonces cuando también recordó que no había llevado su ropa de gimnasia... No era como si no le permitieran hacer la clase con su uniforme normal, ya se le habían olvidado otras veces y, como no le gustaba pedir prestado nada nadie, decidió hacer la clase con el que usaba en el aula.

Pero fue entonces cuando tuvo una gran idea:

Ella revisó los horarios y vio que el otro segundo año también tenía educación física ese día. Lo que significaba que Becky también traería ese uniforme y que lo usaría a una hora distinta a la suya.

Encontró una buena oportunidad para finalmente hablar con Becky.

——

Becky estaba prestando mucha atención a esa clase.

Ya era el tercer trimestre y no había obtenido calificaciones muy altas en historia.

Tenía miedo de terminar en el recuperatorio, así que escribía toda la información posible, tenía un cuaderno muy organizado y escuchaba atentamente todo lo que decía el profesor.

Cuando la clase terminó y Becky ya estaba por salir, Irin se dio la vuelta y dijo:

—Alguien quiere hablar contigo.

Salió curiosa, y afuera, esperando por ella, se encontraba Freen.

—Hola Becky, sé que no te conozco, pero olvidé mi uniforme de educación física, ¿puedes prestarme el tuyo? No conozco a nadie en esta clase, pero creo que tu uniforme me quedaría bien.

Era cierto que Freen no conocía a nadie más, pero sabía que el uniforme de varias otras personas le quedaría bien. Era la única excusa que pudo encontrar, pero parecía haber funcionado.

—Por supuesto que te lo prestaré. Espera un minuto, iré por mi mochila.

Becky no creía lo que había pasado.

Pensó que los uniformes de otras chicas le vendrían bien, pero Freen lo pidió específicamente a ella, sin razón alguna.

Becky actuaba con calma y sin desesperación, pero por dentro estaba gritando de pura felicidad.

Ya no tenía que encontrar una manera de hablar con la chica, porque Freen en persona ya lo había hecho.

No es como si fueran a ser amigas sólo por prestarle un uniforme, pero ya era un paso a más.

tomó su uniforme y se lo dio, quien a su vez le dio una bonita sonrisa y un gracias.

Freen se fue, pero Becky seguía paralizada en su lugar por esa simple sonrisa.

Cuando se dio cuenta, también estaba sonriendo.

——

—Puedes contarme lo que pasó? —Irin dijo, cuando Becky llegó a la cantina de la escuela.

—Me pidió prestado mi uniforme de educación física. Eso es todo.

—No puedo creer que te haya llevado tanto tiempo y para qué, de todas formas ella hablara contigo primero. ¡Me lo prometiste, Becky! —Irin empezó a hablar más fuerte, un poco irritada, pero Becky sabía que en el fondo estaba feliz por su amiga.

—¿Cuál es la diferencia? Ni siquiera sé si podré volver a hablar con ella.

Irin se detuvo un momento, pensativa, y contestó:

—Bueno, ya sé cómo ayúdarte con ese problema.

——

Looknam y Anda vieron llegar a Freen.

Cuando se sentó en la mesa, las dos preguntaron, casi al unísono, qué estaba haciendo antes de llegar allí y por qué tardó tanto.

—Olvidé mi uniforme de educación física. Fui a pedir una en la otra clase.

—Pero nunca pides nada prestado. Y ni siquiera conoces a nadie de allí. ¿A quién le preguntaste? —preguntó Looknam.

—Becky. Decidí usar eso como excusa para hablar con ella.

Anda y Looknam se sorprendieron.

Freen no necesitaba un plan para perder su timidez.

Estaban contentas por su amiga y, por supuesto, no dejarían que esa conversación terminara ese mismo día.  

𝐅𝐎𝐑 𝐘𝐎𝐔 - 𝐅𝐑𝐄𝐄𝐍𝐁𝐄𝐂𝐊𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora