—¡Fui jodidamente miserable! ¡Toda mi vida! ¡No pueden hacer esto! — Dijo Juan.
Drako lo miraba caminar de un lado a otro, aburrido de escuchar sus quejas.
Hace ya horas de que habían salido de la reunión con los Dioses, y se encontraban empacando todo para ir a aquella dimensión. Pero, a Juan no le parecía tener que perder sus poderes y que no lo recuerden .
—¡Estoy cansado! Claro, y todo por un error — Se quejo Juan nuevamente.
—¿No crees que estás siendo un poco exagerado? — Dice Drako por primera vez en toda la conversación.
—¿Exagerado? ¡No! — Dijo Juan mirándolo — A ver, recapitulemos. Viví en una granja toda mi maldita vida, no fui a la escuela y tampoco tenia amigos, Llegué a Tortilla, adquirí poderes pero mis amigos creían que era un loco de centro que decia puras estupideces. Xena nos hacía la vida imposible y Rubí no me quería, explotaron mi boda mis supuestos amigos matando a mis padres adoptivos y Rubí desaparece. Xena nos envia por los aires cayendo en un pueblo donde el dueño era un dictador que solo quería torturarnos para que sigamos su estúpida religión, el dictador dice que tiene un maldito hijo y ese hijo resulto siendo yo, todos me odian y me creen un monstruo; bla bla bla, todo es una mierda, voy a una dimensión desconocida en la que estoy muerto y que además no existe el sol, un Juan malvado hace desmadre en mi dimensión y cuando vuelvo a mi dimensión es más sufrimiento. Me reúno con los dioses y me dicen que básicamente estoy destinado a morir en todos los universos, y cuando siento que estoy haciendo algo bien y que todo está saliendo como deberia ¡Pum! Me dices que soy tu hermano y todo se va a la mierda. Destruyen mi santuario, tú mueres y caigo en cuenta que mi padre me está utilizando así que lo mató ¡Pim, pum pam! Me sacrificó por mis amigos y muero matando a mi padre. — Juan resume — ¿¡Te parece poco?!
Drako lo ve sorprendido.
—Ni entendí una verga ¿Porque no mejor empacas? — Dice Drako con calma siguiendo empacando.
Juan bufa molesto y se dedica a empacar.
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—¿Tienen todo? — Dice Azul con una voz calmada.
—Todo — Dice Drako.
—¿Seguros? ¿Tu, Juan? — Pregunta Azul emocionada.
—Si, tenemos todo Azul — Dice Juan aburridamente.
—Perfecto, recuerden no queremos ningún error — Dice.
—No pueden reconocerlos — Dice Naranja.
—Pero, sin presion — Dice Rojo, para intentar alentarlos — Solo, intenten hacer las cosas bien.
—No intenten, hagan las cosas bien — Réplica Naranja.
"Que alentador, Naranja" — Piensa Juan.
—Es hora de bajar — Dice Azul cortando la posible discusión. — Recuerden, los estaremos viendo en cada momento de dia. — Dice.
Los chicos agarraron sus maletas con seguridad cerraron los ojos, y Azul los envolvió en una aura del mismo color hasta desaparecer de la vista de los Dioses. Sintieron un revoltijo, como si algo los estuvieran absorbiendo lentamente, luego, notaron que empezaron a caer rápidamente, a una velocidad muy rápida, aburrieron los ojos alarmados.
Estaban cayendo desde una gran altura, gritaron, no tenían magia, no podían volar o usar algún hechizo. Cuando empezaron a prepararse para la caida dejaron de caer, a unos centímetros del suelo, un aura a azul los envolvía, suspiraron de alivio.
El alivio les duró poco, porque unos segundos después cayeron en el piso con un golpe abrupto.
—¡Gracias Dioses! ¡Ahora tendré que comprarme nuevos lentes! — Dijo Juan indignado mirando sus lentes rotos.
—¡Mira! — ¡Llegamos! — Dice Drako emocionado.
A lo lejos pudieron ver, un letrero grande "¡Bienvenidos a TortillaLand!"
