𝘗𝘐𝘓𝘖𝘛𝘖

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1 de enero del 2023, Brasil.

Estaba parada en el hotel que había visitado hacía 2 años, estaba sola. Tenía la valija en la mano y la mirada perdida, todo acá me recordaba a ella, a él, a ellos. Me mordí el labio sintiendo el nudo en la garganta acumularse.

— ¿Solana?—Mi hermano me miro preocupado y levante la mirada sin sacarme los lentes de sol.

— ¿Qué pasa?—Preguntó mientras veía como mi familia hacía el check-in.

—Después vamos a ir a la pile con Nina y Agus, ¿venís con nosotros?—Preguntó alzando las cejas, miré por encima del hombro de mi hermano y ahí estaba la cosita más linda del mundo. Me sonreí viendo como Nina jugaba con mi mamá y asentí.

—Sí, deja que me pegué un baño y después nos vemos abajo.

Subí con mis cosas y la habitación en el segundo piso con vistas al mar era mía. Me metí a bañar y mi celular sonaba y sonaba arriba de mi cama, la verdad que no me podía importar menos lo que pasará con ese pedazo de metal frío del infierno, pero al salir miré la pantalla y me quede en shock.

lisandromartinez quiere enviarte un mensaje.

Llamada perdida de número desconocido.

5 mensajes de Desconocido.

Me temblaron las piernas, me mordí las uñas pensando en mirarlo o no. No, no quería ver nada, no quería meterme en esa otra vez. Bloquee mi celular y lo guarde en el bolsillo de la mochila, me cambie y me quede mirándome al espejo. Me estaba recuperando, y todavía no me gustaba mirarme, mis ojeras estaban muy marcadas y tenía los labios muy secos. No quería llorar así que me quede mirando para la pileta y vi como mi hermano se metía con Agustina y Nina, al menos un Martínez era feliz.

Baje hasta la pileta y me dispuse a perderme en la tarde brasilera olvidándome que probablemente me iban a destrozar la psiquis una vez que viera aquellos mensajes.

3 de Julio del 2021, Buenos Aires.

¡Solana! ¿Dónde dejaste esta mi peine?—El grito de Indira me despertó, levanté la cabeza de la almohada y pude sentir la baba que me manchaba la mejilla.

Indira Berizzo, 21 años. No era muy alta, pero más que yo, morocha de ojos verdes. Una bomba, en lo personal era la chica más hermosa que habían visto mis ojos. La había conocido cuando mis padres y yo nos mudamos a Buenos Aires para perseguir los sueños de Lautaro, desde que la conocí supe que Indira iba a ser mi mejor amiga, no importaba cuantos años pasaban ni cuantos grupos superamos. Siempre éramos nosotras dos, para siempre. Me enorgullecía decir que era una mujer independiente, tenía su propia productora y trabajaba con todos los pegados del momento; los del espacio, trabajo con modo diablo, y ahora producía los vídeos de los artistas internacionales más nombrados como Lola Índigo y Lali.

—No sé loca, déjame dormir—Murmuré débilmente mientras volvía a descansar mi cabeza en la almohada. La noche anterior había estado trabajando hasta las 7 de la mañana de hoy, la fiesta más desatada de la Argentina no se hacía sola. Kalaka había sido mi bebé desde que tengo 18 años, mucho tiempo al pedo y ganas de salir de joda. Ahora tenía 21 años y mi bebé estaba por explotar mundialmente.

Empezó siendo un evento mensual con mis amigos, éramos pocos hasta que con el tiempo Kalaka se hizo conocida en la provincia y venía gente de todos lados a pasar una noche con música de todo tipo. Pronto tuve que subir de nivel y encontrar salones más y más grandes, hoy en día Kalaka era una de las fiestas más grandes de Argentina, y pronto iban a ser mundialmente conocidas, nuestra primera fiesta en el exterior iba a ser en una semana en Brasil, donde casualmente iba a jugar mi hermano con la selección. No soy fan del futbol, pero tenía que apoyar a mi país.

MUÑECAS (scaloneta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora