𝘖𝘑𝘈𝘓𝘈.

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TRIGGER WARNING;⚠️ Se van a tocar temas muy sensibles tanto en este capítulo como en los próximos, les pido discreción y sino directamente pasen esta parte

Ojalá que te vuelva el karma.

8 de diciembre del 2017, Buenos Aires.

Había terminado mi anteúltimo año de secundaria, y la fiesta de egresados a la que nos habían invitado estaba pésima.

— ¿Quieren más?—Preguntó Yaco mientras nos extendía la botella de vino y me negué, hacía meses que había dejado de tomar y todo indicaba que los mareos matutinos y las nauseas durante el día me decían que estaba embarazada.

— ¿Y ahora qué hacemos?—Preguntó Indira mirando alrededor.

—A mi me llama mi mujer, nos vemos en un rato—Yaco tenía que hacerse cargo de su novia que se había agarrado un pedo terrible con dos botellas de vino con jugo y nosotras estábamos sentadas afuera contando estrellas.

— ¿Y si vamos a la fiesta de mi hermano?—Pregunté pensando en que me iba a encontrar con Dani, Indira alzo una ceja y asintió levemente.

—Mejor que esto debe ser—Masculló señalando la mala fiesta que se estaba desarrollando adentro, pésimo DJ, y pésima gente todo horrible.

—Bueno, ahí llamo un taxi. Avísale a Yaco que nosotras nos vamos—Dije mientras llamaba al tachero que más confianza le tenía.

Habíamos llegado después de 15 minutos de ruta, Indira me miraba con desconfianza y yo tenía una sonrisa de oreja a oreja, era una verdadera fiesta en una quinta. Quizás Indira había aceptado por la joda, pero mi objetivo mayor era encontrarme con el delantero de Racing; Daniel La Roche.

Daniel tenía 29 años, era el jugador más grande que tenía Racing y era hermoso. Hacía tiempo nos escribíamos por privado, él tenía novia y yo era muy chica todavía para que se hiciera pública la relación, pero era lo suficientemente madura para hacerla de callada. Sabía que ahora que sabía que íbamos a tener un hijo iba a dejar a su novia.

Eran las 4 de la mañana y no quería tomar ni fumar nada, estaba cuidando lo que había creciendo en mi vientre, pero deje que Indira disfrutará sin mí. La perdí en la segunda vuelta que dimos para ver donde estaba Daniel, baile con un par de chicos que me hicieron la segunda mientras esperaba a Daniel, pero ninguno me llamo la atención. En un momento alguien me agarro de la muñeca y con una sonrisa me di vuelta pensando que era Dani, pero me encontré con la cara de orto de mi hermano

— ¿Qué mierda haces acá, pendeja de mierda?—Me preguntó con la mandíbula apretada y yo me solté de su agarré haciéndole una cara de asco—Se supone que vos estabas en una fiesta de egresados de tu colegio.

—Si, pero un bodrio la fiesta esa—Expliqué rodando los ojos—Vine con Indi, además—Agregué sin dejar de buscar a Dani.

—Volvete a la casa, Solana—Me empezó a obligar a caminar y yo pelee para que me soltará.

—Pero a mí me invitaron—Exclamé mostrándole la pulsera que colgaba en mi mano, mi hermano frunció el ceño acercándose y negó con la cabeza

— ¿Quién te invito?—Preguntó incrédulo.

—Daniel—Solté sonriendo, Daniel era conocido de Lautaro y sabía que no se llevaban muy bien, pero al menos Daniel si me quería.

— ¿Qué?—Gritó intentando entender que su compañero me había buscado.

—Si yo le dije que podía venir, boludo dale ya tiene 18 puede disfrutar un rato de la joda—Aparecía entre toda la multitud el hombre de mis sueños. Era alto, estaba lleno de tatuajes y ahora tenía el pelo teñido de rubio, me hacía sentir una botinera cada vez que me miraba, pero es que había algo en Daniel que te hacía adicta a él. Siempre peleábamos, pero siempre volvía a buscarme.

MUÑECAS (scaloneta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora