Capítulo 7

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Lena estaba agradecida por el regalo de su madre, el costoso abrigo le cubría gran parte del cuerpo evitando que la lluvia pudiera traspasar hasta mojar su ropa, de no ser por la prenda estaría congelandose. Aquella mañana no alumbraría el sol, era evidente que la lluvia había llegado a National City para quedarse durante el resto del día, lo cual le molestaba un poco.

Con dificultad sacó sus cosas del asiento trasero de su auto y le puso la alarma para dirigirse al edificio. Lo único que escuchaba era el sonido de sus tacones en contacto con los pequeños charcos de agua, eso le provocó un poco de escalofríos, pues sabía que estaba completamente sola en el estacionamiento. Al ingresar en el edificio se encontró con los pasillos casi a oscuras, no entendía por qué esperaban hasta las siete para encender las luces.

Continuó su camino negando con la cabeza y cuando estaba a punto de llegar a su sala de clases, se percató de una sombra que se encontraba en la esquina. Al principio sintió miedo, pero luego vio que temblaba y escuchó quejidos.

—¿Danvers?—Preguntó acercándose rápidamente, sin embargo no obtuvo respuesta—Danvers, ¿estás bien?

En cuanto tocó el hombro de Kara sintió como esta le apretaba la muñeca con fuerza y la tiraba con tanta brusquedad que sus cosas fueron a dar al piso. Inmediatamente hizo el intento de alejarse, pero el agarre de la chica se lo impidió.

—Kara, suéltame—Pidió evitando soltar gritos de dolor, la rubia tenía mucha fuerza.

La joven abrió los ojos de golpe en cuanto escuchó aquel "suéltame", y al ver a Lena frente a ella con expresión de dolor la liberó de inmediato, esa estúpida pesadilla volvía a atormentarla y esta vez había sobrepasado límites. Solo en ese momento agradeció que aquella persona no fuera su hermana Ella.

—Lo siento... me asusté—Su voz era débil.

Se puso de pie rápidamente y le ayudó a recoger sus cosas, estaba apenada y llena de miedo por lo que Lena pudiera decirle, o más bien tenía miedo de que su profesora la hubiera escuchado susurrar esas palabras que no podía sacar de su mente. Era la primera vez que tenía esa pesadilla fuera de su casa, y eso le afectó más de lo normal.

Allí no podía quedarse en una esquina llorando mientras se bañaba.

Lena solo se dedicó a observarla mientras tocaba su adolorida muñeca, Kara la había lastimado, no a propósito, claro está, pero lo había hecho y tendría marcas. 

—Temblaba, Danvers. Parecía tener frío, ¿está segura de que su ropa no se encuentra mojada?

Lena hizo el intento de tocarle el brazo para asegurarse de que estaba en lo correcto, pero Kara se alejó como si sus manos quemaran. Justo en ese momento las luces del pasillo se encendieron y pudo ver que los ojos de la chica estaban llenos de lágrimas. 

—Fue... fue una simple pesadilla, lo siento—Dejó las cosas en manos de su dueña y salió rumbo a los baños.

Durante la clase, Lena estuvo atenta a su alumna, parecía ser la misma chica de siempre, como si una hora antes no hubiera estado temblando como cachorro abandonado. El comportamiento tan normal de la joven llamó su atención, estaba segura de que Kara tenía un secreto y ella iba a averiguar cuál era, tal vez podía ayudarla.

Las siguientes horas de clases pasaron con lentitud, el día no avanzaba como de costumbre y todos llegaron a la conclusión de que el clima era el culpable de ello.

—¿Nos vemos a la salida?—Preguntó Maggie.

—Yo debo irme directo a casa, mi madre llega de su viaje de negocios y quiere que vayamos a comer juntos. Han pasado un par de semanas desde la última vez que nos vimos y la verdad es que ya la extraño, así que acepté la invitación—Explicó Winn.

Aprendiendo a leerte • AU SUPERCORPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora