Capítulo 10

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El ruido de las viejas escaleras alertó a Lena, eso significaba que Jack se había levantado y querría hablar con ella acerca de su extraño comportamiento. Por un momento dejó de lado los nervios de una conversación que aún no sucedia y prefirió admirar la sala donde se encontraba. Al lugar todavía le faltaban un par de adornos, algunas plantas, y luz.

"Quizá tenga que hacer otra ventana en esa pared", pensó.

—Hola esposa mía, luces maravillosa esta mañana—Saludó Jack antes de depositar un beso en su mejilla y caminar hasta la cocina—Oye, ¿estás bien? Desde ayer te noto bastante rara.

—¿Qué?—La ojiverde fingió no escuchar—Estás muy lejos, no oigo nada.

Jack dio un suspiro y sirvió dos tazas de café, una para cada uno, y luego volvió hasta la sala. Una vez estando allí dejó la taza de Lena sobre la mesita de centro, justo frente a ella, y se sentó a su lado. El sillón era bastante cómodo, tal y como les había dicho el vendedor, y debido a eso dejó su taza en la mesa de centro y se acomodó cerca de la pelinegra.

—Te pregunté si estabas bien.

—Ah, sí, lo estoy, no tienes de qué preocuparte—Restó importancia.

—Pues tu rostro me dice todo lo contrario. Llegaste así del trabajo, ¿acaso te regañaron?

Lena soltó una risita y comenzó a negar con la cabeza mientras Jack la miraba con sospechas.

—No, es solo que estoy cansada. Apenas vamos terminando la tercera semana de clases y ya quiero tirar la toalla—Mintió.

—Podríamos irnos de vacaciones en invierno, no falta mucho para eso. Además, necesitamos un buen descanso para recargar la pila—Le guiñó—John estará encantado de acompañarnos, y tal vez podrías invitar a alguien también.

—No tengo a nadie para invitar y lo sabes, a menos de que lleve a Lex—Sonrió al recordar a su hermano—Y sé que no quieres eso.

—Tienes razón, ya bastante tuve con llevarlo a la "luna de miel"—Rodó los ojos y sonrió también—Casi me dejó sin dinero, nunca más le pido que planee mi boda.

—Bueno, heredó los gustos exóticos y caros de mi madre, no lo culpes.

—Lo seguiré culpando hasta que me aburra—Miró a Lena y se recostó en su hombro—Aunque valió totalmente la pena el dinero invertido.

Cerró los ojos e inhalo el suave aroma del perfume que llevaba la pelinegra, permitiéndose descansar. Allí se quedó por varios minutos mientras ambos veían películas, se sentía bien estando de esa manera con Lena, y también con John, lo cual era bastante raro y nuevo para él.

—Creo que debo ir a darme una ducha y cambiarme de ropa, ya se me hace tarde—La ojiverde hizo el intento de ponerse de pie, pero él la detuvo.

—Mientes, aún tenemos tiempo para terminar de ver la película.

Lena miró el reloj en su muñeca y se percató de que eran apenas las 09:00 a.m, lo cual significaba que tenía exactamente una hora y veinte minutos para llegar al colegio. Suspiró con pesadez al ver el rostro suplicante de su amigo y finalmente asintió para luego echarse hacia atrás y relajarse una vez más.

—¿Me dirás quién es?—Preguntó el hombre por lo bajo.

—No hay nadie, serías el primero en saberlo si así fuera.

—Está bien, pero promete que si llega alguien a tu vida me lo dirás.

—Okay, Jack.

Dejaron el tema hasta ahí y continuaron viendo la película.

Aprendiendo a leerte • AU SUPERCORPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora