Alba.Había pasado exactamente una semana de lo sucedido con Eli.
Esa noche había peleado con Nick al enterarse que participaba en peleas ilegales, ella salió a la calle hecha un mar de lagrimas.
Y le robaron todas sus pertenencias por resistirse a que le quitaran una pulsera de oro, que le había regalado Nick, le golpearon para quitársela.
La mañana siguiente llamó a Nick, desde mi celular y le contó lo sucedido este se disculpó y hecho una furia le prometió que encontraría todas su cosas y le haría pagar a los responsables.
Busqué con la mirada a Eli, y la divisé afuera de la cafetería con el que supuse, que era Nick puesto que le había entregado sus cosas.
Era bastante apuesto, era rubio igual que mi amiga no logré verle el color de sus ojos pero si varios tatuajes de sus brazos.
Se veían bastante bien justos, y Eli cada que él le decía algo se veía feliz.
Hacían una bonita pareja eran como Barbie y Ken, aunque un Ken muy tatuado y musculoso.
Mis pensamientos quedaron en el aire al ver entrar a Mattew.
Después de nuestra salida hablamos mucho más, quedamos que iríamos a la Laguna.
—Hola, linda.—dijo alegremente.
—Hola, Matt.—dije y le dediqué una sonrisa.—Aun mi turno no termina, ¿te gustaría esperarme unos minutos?
Él asintió y tomó asiento.
Matt era alguien muy tierno, me agradaba me hacía recordar a Carter.
—Límpiate la baba.—dijo Eli, mientras pasaba su mano muy cerca de mi boca.—¿Otra vez te invitó a salir, señor elegante?
Asentí mientras rodaba los ojos por ese apodo que le había puesto a Matt.
—Yo te cubro.—dijo Eli.—Nick, vendrá por mi al salir.
—¿Segura?
—Si, además te debes una.—dijo refiriéndose aquella noche.—Y necesito otro favor, el cual no podrás negarte.
Sabía que Eli estaba tramando algo.
—Estaré mañana en tu casa.—informó.—Tienes muchas cosas que platicar conmigo señorita.
Sabía que se refería aquella noche que Logan fue a buscarla, toda esta semana fue un caos no pude explicarle nada.
La ignoré y fui por mis cosas para irme con Matt.
La Laguna no era nada parecido a como lo era de noche, de día solo veías personas normales haciendo ejercicio o caminando al rededor de ella.
—Esto me trae paz.—dijo Matt, mientras se comía un helado.
Antes de entrar a la Laguna, divisé a un heladero en la entrada y recordé como con papá corríamos para comprar helados, siempre hurgaba en su carrito por el cono de fresa con maní.
Al verlo no pude resistirme y Matt al ver mi ilusión pidió uno para él, se veía bastante gracioso al estar comiéndose un cono y estar vestido tan formal.
—Es mucho más tranquilo ahora, normalmente organizan algo llamado "encendido".—dije restándole importancia.
Seguimos caminando y Matt me contó tantas cosas de su infancia, y lo terrible que fue su secundaria.
—No puedo creer que esos chicos te pegarán un chicle en la cabeza.—dije.
—Eran chicos terribles.—dijo Matt y sonrió.—Recuerdo que uno de ellos me golpeó con un cuaderno por toda una clase.
—Nunca te cansaste de sus abusos?—pregunte
—Lo hice.—dijo con un ápice de molestia.—Mi madre estaba muy enferma, no le daban esperanzas de vida y antes de fallecer me dijo: Los humanos, son una peste que se esparce. Son una plaga, todos viven constantemente queriendo ser depredadores porque saben que al ser presas terminarán siendo desmembrados por otros. El temor es lo que iguala a la fuerza, haz que te teman.
No sabía que decir solo escuchaba atentamente.
—Luego de eso pasaron unos meses y mi madre murió, ir a la escuela era una tortura constante hasta que puse en práctica lo que mi madre me había enseñado.—dijo.
Su celular comenzó a sonar, lo estaban llamando.
Él se levantó para constatar no sin antes disculparse. Supuse que esa llamada no le había gustado ya que su cara había cambiado.
Colgó y vino hacia mí en un paso apresurado.
—¿Podrías acompañarme a un lugar?—pregunto serio.—Prometo dejarte en tu casa después.
Asentí y me levanté para seguirlo.
Matt condujo por unos cuatro minutos a toda velocidad.
—¿Está todo bien?—pregunté al ver que ya habíamos llegado, pero no se quería bajar.
Matt asintió y se bajo del carro. Estábamos en un edificio era ejecutivo, supuse que era donde trabajaba.
—Alba.—me llamo.—Necesito que me acompañes adentro, no quiero dejarte aquí sola.—dijo al ver que no me había bajado.—Así que entrarás y estarás en mi oficina, ¿estás bien con eso?
Asentí, aunque no quería quedarme en su oficina.
Al bajarme del auto, mi vista se posó sobre una moto que estaba estacionada en ese edificio.
Esa moto yo la conocía, esa moto era de Logan.
Tal vez era una coincidencia, intenté convencerme aunque sabía que eso no era real.
Nos adentramos al edificio y para ser honesta buscaba a Logan.
Matt me llevo a su oficina y él comenzó a buscar unos papeles en unos cajones, sacó de una carpeta cinco papeles y se llevó consigo tres.—Necesito que esperes aquí.—dijo Matt y depositó un beso en mi mano.
Asentí y sonreí ante ese acto.
Mis pensamientos seguían en esa moto, sabía que era de Logan, pero, si así fuera
¿Qué hacía él aquí?
Me levante de el asiento, en el que me había dejado Matt y comencé a vagar por su oficina.
Divisé tres fotos en su escritorio, había una señora y un pequeño, le calculé unos cuarenta y tantos.
Ese pequeño de las fotos era Matt, solo salí con esa señora y las demás eran de ella, supuse que era su madre.
En el escritorio también estaban los papeles que Matt había dejado.
Mi curiosidad pudo más que mi lado racional, y comencé a leer era sobre su caso con ese pequeño y el hermano.
Al leer los nombres que estaban en la parte posterior del papel mi cara palideció y mis piernas se convirtieron en papel.No podía creerlo, esto no podía ser cierto.
Logan Russo, y Jake Russo.
*Nick de multimedia*
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El desastre que nos une.
Random¿Que sucede cuando mezclamos sustancias con amor? ¿El amor reina, o la adición será más fuerte? -Alba, no me dejes solo...-dijo Logan en un susurro ahogado. -Ya no puedo más.-Dije llorando, al verlo de nuevo.- Necesito que seas fuerte, cariño.-ag...