el último

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Enzo no registró que Julián no había dicho nada hasta que llegaron al estacionamiento, solo se había dejado prácticamente arrastrar para afuera.

No estaba seguro sobre qué decir mientras observaba como Julián rompía su agarre y se apoyaba sobre su propio auto. Con la espalda sobre el metal y las manos en los bolsillos, miró a Enzo. Sin reproche, pero también sin sorpresa o curiosidad. Solo estaba expectante.

— Estaba medio aburrido allá adentro, ¿no? — dijo Enzo para romper el silencio, con una sonrisa que se sintió extraña hasta para él.

Julián suspiró.

— No estoy seguro si te entiendo, la verdad — dijo mirando hacia adelante, al lugar de donde habían salido.

Enzo se apoyó en el auto a su lado. Corría un viento nocturno agradable que era un buen contraste con su piel caliente por los nervios.

— ¿Te puedo contar un secreto? — habló Julián antes de que Enzo pudiera pensar en cómo romper el hielo.

— Obvio.

El castaño se removió en su lugar, ahora con una leve sonrisa, lo que calmó a Enzo.

— Cuando éramos chicos, estaba celoso de Licha — confesó Julián.

Enzo se volteó rápidamente a su costado, para mirar el perfil de su amigo que parecía sumido en sus recuerdos.

— Eran bastante parecidos ustedes dos, se llevaban muy bien — siguió hablando Julián. — Habían varias cosas que compartías con él y conmigo no.

Julián movía uno de sus pies mientras hablaba, removiendo las piedritas del suelo del estacionamiento.

— Me esforcé en hacerme también muy amigo de él para no quedarme de lado, ¿sabés? — siguió hablando bajito, como con cariño. — Y después vos enojándote con nosotros...

Enzo también comenzó a mover piedritas con el pie.

— No te hubiera dejado de lado — dijo también bajito.

Licha había sido un amigo al que quiso mucho, pero todo sentimiento de cariño que podía tener por él no era nada comparado con el amor que tenía por Julián. Brevemente, se preguntó desde cuándo estaba el pensamiento de alejarse de Juli lo hacía sentirse casi enfermo.

— Con tus novias lo mismo, siempre me hice amigo de ellas, por las dudas — siguió Julián. -— Igual era diferente con ellas.

— ¿Diferente cómo?

Julián se volteó a mirarlo rápido, pero volvió la vista hacia adelante. Hacia el lugar de donde habían salido, hacia los otros autos, hacia el cielo. Después, volvió a juntar su mirada con la de Enzo.

El silencio se prolongó, pero no importaba, porque mientras más lo hacía Enzo se iba sintiendo más valiente. ¿Cómo no, si Julián lo miraba con tanta vulnerabilidad y amor?

— Juli... - susurró, pero esta vez no por vergüenza, no por no querer que nadie escuche. Era porque la única persona que importaba que lo hiciera estaba ahí, al lado de él, mirándole los labios.

Un segundo de silencio. Se escuchaba la música que venía del boliche de fondo, pero Enzo solo tenía oídos para una voz.

— Si he estado leyendo todo esto mal, como mínimo me mato — dijo Julián, acercando su cara a la de Enzo.

Antes de que sus labios pudieran juntarse, mientras sentía el corazón latir en todo el cuerpo, Enzo agarró la nuca de Julián y lo atrajo con más fuerza. El castaño hizo un sonidito de sorpresa que Enzo terminó probando en los labios.

Más tarde, Enzo juraría que tenía más técnica. Pero en ese momento, le comió le boca a Julián sin importarle ocultar toda las ansias, toda el hambre que tenía. Lo profundizó demasiado rápido y tal vez lo hacía con mucha fuerza, pero no podía evitarlo: si bien la mente de Enzo hacía poco había aceptado su enamoramiento, su cuerpo parecía saber muy bien cómo anhelaba a Julián.

— Hace años me gustás, forro — dijo Julián sin aliento después de separarse un poco. En lugar de contestar, Enzo enterró su cara en su cuello, llenando de besos. — Pelotudo,  a veces creía que vos sentías lo mismo pero después venías-

— Siempre estás calladito y ahora querés hablar — Enzo dijo y se rió, volviendo a unir sus bocas y abrazándolo por la cintura.

Ya tendrían tiempo para hablar todo, pero en ese momento solo estaba concentrado en besarlo y en sacarle la llave del auto del bolsillo para abrir la puerta.

Se volvieron a reír los dos cuando se subieron al asiento de atrás porque estaban tan nerviosos que no coordinaron para nada. Les tomó un rato encontrar una posición relativamente cómoda, pero lo lograron. Enzo tenía muchísimas ganas de que Julián se sentara sobre sus piernas, pero después de todo eran dos tipos grandes y se iba a tener que doblar todo.

Lado a lado pero prácticamente enredados en el asiento de atrás, volvieron a besarse con la misma fuerza de antes. Cuando ya tenían los labios hinchados, el pelo todo revuelto y las remeras desacomodadas, Julián puso su mano sobre la entrepierna de Enzo, cubierta por su pantalón.

— ¿Está bien? — preguntó Juli en un susurro contra su cuello.

— Sí — respondió Enzo en un suspiro.

Miró rápidamente hacia la ventana mientras se mordía el labio, pero no vio a nadie cerca. Igual sabía que solo era cuestión de tiempo para que aparezca el hombre que cuidaba los autos, y si bien los vidrios eran polarizados, no quería que tuvieran problemas justo en ese momento.

— Pero mejor vayamos a mi casa, mi amor — Enzo dijo cerrando los ojos, con los labios en el pelo de Julián. — O a la tuya, donde querás.

Julián lo miró con ojos brillantes y la sonrisa más tierna que le había visto, y sacó la mano de su pantalón.

— Te amo — le susurró el mayor.

Enzo había escuchado esas palabras viniendo de él varias veces a lo largo de su vida, pero esa vez, dicho bien bajito y acariciando sus labios, le provocó mil cosas.

Con una sonrisa imborrable, el corazón contento y lo que más quería entre sus brazos, Enzo le susurró lo mismo contra su piel. Una y otra vez.












Perdón por dejarlos con las ganas pero hubiera sido re incómodo que tuvieran su primera vez en un auto y no quería reescribir xd Era esto o no actualizar hasta como en dos semanas y me iba a aburrir de la historia

Muchas gracias por todos los votos y los comentarios <3 Por favor escriban más enzulian y me lo mandan porque estoy re enfermita con el ship

(juli es gay y enzo la pasa mal) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora