hábitos

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Como cada vez que discutían, las cosas después estuvieron fenomenales. Si bien Enzo no podía catalogar la charla en el auto de Julián como una pelea, sí lo hacía respecto a la tensión que él mismo había generado respecto a Alexis.

Y sí, semanas después de todo eso y con la cabeza en frío, tomó consciencia de lo forro que había sido. En el futuro, y con insistencia de Julián,  le pediría disculpas a Alexis por ser tan hostil. El chico había pegado buena onda con su grupo de amigos y no había terminado mal con Juli, así que probablemente lo vería de nuevo.

 A pesar de que se estaban llevando de maravilla, Enzo notaba que las cosas estaban un poco raras. No mal pero raras. La peor parte es que no sabía exactamente qué es lo que pasaba, al principio.

Primero, pensó que era Julián. 

— ¿Todo bien? Estás como distraído — le comentó el castaño mientras estaban en la pequeña pileta que Enzo tenía en el fondo de su casa. Hacía muchísimo calor ese día y Julián tenía una malla en su casa. 

Enzo se lo había quedado viendo, tratando de analizar si estaba actuando de alguna forma extraña o nueva que pudiera justificar la sensación rara que sentía. Juli solo estaba sonriente y lo miraba con los mismos ojos cariñosos de siempre.

— Estás más distraído que yo, me parece — le respondió Enzo, al fin, mientras se estiraba para alcanzar algo en una mesita cerca de la pileta  —  se te olvidó ponerte protector solar, boludín. Quedás como un tomate después.

— Vos sos el impaciente que no quería esperar a que bajara un poco el sol, demente.

— Y vos sos el taradito que me hace caso — replicó Enzo, aplicando protector solar en sus manos y esparciendo la crema por los hombros de su amigo. — Yo no me quemo como vos, cuidate un poquito.

— Para eso te tengo  — Julián bromeó y guiñó el ojo, con una risa. 

Al tocar esa piel que se había vuelto ardiente debido al sol, otra vez sus pensamientos iban hacia el conocimiento de que Julián había hecho ciertas cosas con Alexis. Simplemente no era algo que podía dejar ir. ¿Siempre iba a ser así? ¿Siempre iba a resentir al hombre que pueda tener a Julián de la única forma en la que él no? Ya no estaba enojado, la toxicidad que se había apoderado de él tiempo antes se había disipado, pero ciertas imágenes mentales no se iban.

¿Qué era lo que le pasaba? Era la pregunta que le había dado vueltas en la mente sin parar durante las últimas semanas. ¿Realmente era tan enfermo como para querer a Julián solo para él todo el tiempo? Enzo tenía varios amigos  y había estado con muchas chicas, pero siempre con su mejor amigo a su lado. Su amigo, quien nunca le había caído con planteos como los de él. 

Una vez que los hombros del otro chico tenían protector solar, Enzo le sostuvo su cara y aplicó el producto en todo su rostro. Juli cerró los ojos y Enzo no pudo evitar pensar lo lindo que era, así tan cerquita, dejándose en sus manos cuando podía aplicarse el producto él mismo.

Eso no era nuevo. En realidad, en lo más profundo de su ser, sabía que ninguno de los sentimientos que había estado analizando últimamente eran nuevos. 

— Dale, decime en qué pensás — le dijo Juli, salpicándolo un poco cuando Enzo volvió a poner el protector solar donde estaba. — Te andás haciendo el misterioso.

Enzo sonrió y negó con la cabeza.

— No me hago el misterioso, vos sos re metido nada más, me parece — le respondió. Julián lo pateó debajo del agua y Enzo hizo lo mismo. 

Rápidamente, se encontraron forcejeando con sonrisas enormes en las caras. Se reían con fuerza y pegaban manotazos y patadas sin intención de lastimar, solo de vencer al otro. De repente, se acordó de cuando eran niños y sus mamás sonreían con cariño al verlos jugar en la pileta juntos. Pero también recordó que dejó de hacer eso con Julián frente a otras personas cuando eran adolescentes, porque sentía que podían darse cuenta que lo que quería era poder tocar su piel sin que pareciera raro. 

Tal vez, la diferencia es que ahora a lo que sentía le podía asignar un nombre. Un nombre que Enzo ya no podía expulsar de su mente sin más, no después de ver que Julián eventualmente seguiría sin él. 

El nombre lo seguía poniendo nervioso, tenso, lo preocupaba. Si bien ya lo había identificado, con el corazón latiéndole a mil y con la boca seca, no podía permitirse pensarlo libremente, saborearlo ni en su propia mente. ¿De verdad podía ser? ¿En serio el amor que siempre había tenido por su Ju llegaba hasta esos extremos? 

Enzo perdió su mini pelea acuática y admiró la cara de victoria de su amigo. Notó que a pesar de que el protector solar era a prueba de agua, seguramente no se había terminado de asentar. Tendría que aplicarlo de nuevo. 

Julián se sacó el pelo empapado de la cara y lo miró con ese brillo tan especial, esa calidez tan única. Ahora, Enzo sabía que daría lo que fuera para que siempre fuera para él.

El nombre de las emociones que sentía en el pecho, en la garganta, en el estómago y hasta en la punta de sus dedos cuando pensaba en Julián pasó a segundo plano, cuando surgió uno nuevo en la conversación.

— ¿A que no sabés a quién me encontré ayer? — preguntó Julián, de repente, mirando como Enzo volvía a agarrar el protector. — No seás denso, no hace falta. 

— ¿A quién? — respondió Enzo, ignorando el segundo comentario. Fuera de lo que había estado pensando, es verdad que Julián se quemaba muy fácilmente, y lo hacía sentir bien cuidarlo.

Julián le dedicó una sonrisa, chiquita y ladeada. 

— A Licha — dijo antes de sumergirse en el agua, dándole la posibilidad a Enzo de no tener que  ocultar la cara  que puso al escuchar la noticia.




Escúchenme una cosa, si ponía a Alexis tenía que poner a Lisandro, otro personaje clásico en el canon literario Enzo x Juli para poner celoso a Enzo 🚬🚬🚬 No se preocupen que no va a haber taanto drama, este es el  antepenúltimo capítulo. Gracias por todos los comentarios, posta <3 

(juli es gay y enzo la pasa mal) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora