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Lee Soobin no sentía precisamente ningún interés en los paseos estudiantiles, sus compañeros solo le dirigían la palabra cuando necesitaban ayuda en una tarea y los profesores solían darle una responsabilidad innecesaria al ver que era más recatada que la presidenta de su clase. Por supuesto que los profesores no podían evitar tenerle cierta estima y consideración,  siempre obtenía buenas calificaciones y desempeñaba bien su rol en el club de cultura, asimismo también era buena deportista.

— tu hermana ha estado muy alterada en estos últimos días, —su padre está trotando a su costado, verificando en el smart watch el conteo de trotes— comienzo a considerar la idea de internarla.

— ¿por qué harías eso?—soobin pregunta con cierta incredulidad, después de detenerse— dejó la hierba hace unos meses, cumplió su promesa.

— no conoces a tu hermana... — el señor se acerca a ella, apenas está sudando porque solo hace quince minutos comenzó su rutina de los días en los cuales su padre se encontraba en la ciudad. Soobin acompañaba a su padre porque era de las pocas actividades en las cuales únicamente ambos estaban involucrados y congeniaba mucho más que con su madre pero ahora, escucharlo hablar de su hermana la tiene confundida—  ahora es dependiente a la nicotina.

—ella cree que no me doy cuenta cuando se roba mis cigarros, pero lo hago.—su padre dice, sujetando su brazo para impulsarla a seguir corriendo— aún no se lo comento a tu madre pero estuve considerando bastante esa idea.

—no lo hagas papá, por favor, si quieres yo hablo con ella... te lo pido.

su padre suspira, pareciendo considerar la idea porque de todas formas no es bien visto encerrar a tu hija en un centro de rehabilitación— de acuerdo pero, ¿podemos seguir con la rutina?



— ¿qué haces aquí, niña?

—no puedo dormir.—soobin se cubre con las sábanas en forma de un manto después de un golpe de consciencia —creo que estoy nerviosa.

joonim suspira— y eso justamente ocurre cuando no tienes una adecuada vida social.—puntualiza ella, doblegando sus piernas—creo que apenas sales una vez al mes y  le estás mandando mensajes a mamá todo el rato—joonim se incorpora sobre la cama, rápidamente, enciende su lámpara que está situada por la mesa de noche y la mira.—es cierto...

soobin ladea un poco la cabeza y su cabello suelto le hace cosquillas a la nuca.—¿qué ocurre?

— ¿irá ese chico... jaehyun?

— jaesun—corrige, abrazando sus piernas— y si irá.

joonim le mira con una sonrisa juguetona, juega con el aro que se encuentra en la esquina de su labio inferior y su cabello rojizo se atenúa —uy, ¿cómo van las cosas entre ustedes?

soobin sin comprender el doble sentido que está filtrada dentro de su pregunta, responde —todo está bien... las cosas en su casa se estabilizaron y ya no está tan triste.

— ya veo.

 Joonim recuerda a ese muchacho de cara linda; había salido de casa para fumar como habitualmente solía hacer después de una densa plática con sus padres y encontró a un chico sentado en una esquina, llorando; le preguntó si había ocurrido algo malo y él solo continuó llorando sin cesar mientras hipaba y sostenía con fuerza su teléfono. Joonim no supo que hacer, el chico aún tenía el uniforme puesto y cuando intentaba recordar donde había visto ese uniforme, la pequeña Soobin apareció corriendo, con el cabello desordenado y con una notable preocupación evidenciada en su rostro. Ambas hermanas se miraron desentendidas, Soobin miró su cigarrillo con desaprobación (algo que solía hacer siempre) y fue en dirección a aquel muchacho.

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⏰ Última actualización: Oct 07, 2023 ⏰

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SCHOOLBOY ー BAEKHYUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora