Diario de Emociones

Rabia

Rabia

Veo rojo.

Mi corazón se acelera. Y tengo ganas de gritar. De golpear. De patear. De destruir absolutamente todo.

Veo la amenaza a lo lejos. Mis valores siendo comprometidos y amenazados por alguien que jamás los pondrá entender y aceptar.

Por alguien, que es importante para mí, pero critica las cosas que a mí me gustan. Las cosas que valoro. Y es ahí donde digo ¿qué se le va a hacer?

Me han enseñado que la rabia es un sentimiento que debes exprimir, que debes gritar y manifestar, pues es una señal que están violentando tus valores. Así que eso hago. Grito, y me siento más consciente de lo que a mí me importa, para no maltratarlo. Y si es necesario, protegerlo, defenderlo en cada una de mis acciones. Porque es parte de mí. Aunque un poco lejos de la objetividad, si somos honestos.

Gracias a la rabia veo mis valores en primera fila. Les pongo atención y les pido perdón por ignorarlos por más tiempo del que deberían.

Porque si es bueno sentir la rabia. No voy a negar que es un sentimiento cómodo porque no lo es. Se necesita de mucha vulnerabilidad para sentirla y no para actuar como una perra.

Rabia por las críticas a las personas, cosas y lugares que más amo. Rabia al sentir el desprecio de otros hacia ellos. Porque de alguna forma enlazo mi ser a ellos. Aunque sé qué tal vez no debería. No, no, no debería. Eso solo me causa más conflictos sociales, y gracias a mi timidez y ansiedad social, bueno, básicamente me acabaría de matar. Un motivo más para mi desconexión emocional.

En fin, he dicho cosas horribles a personas que amo en el momento que mi rabia estaba en el nivel más alto. He maltrato físicamente a personas que amo en el momento en que mi rabia estaba en el nivel más alto. He sentido las ganas de aniquilar y lo he llevado a cabo, sin ningún arrepentimiento, en el momento. Todo por defender una visión, un sentir, una persona, un ser, yo.

¿Tan centro del mundo me creo, que pienso que todos buscan atacarme? Sí, siento que todos buscan atacarme.

Y me seguiré defendiendo a capa y espada. Pero sin el maltrato (no promesas). Deséenme suerte.

Es hora de traer la artillería pesada. Y esas son castillos. Castillos fuertes e intransitables alrededor de mis valores.