Sinópsis
Después de despertar en un lugar extraño, Dio Brando solo observaba a su alrededor confundido por lo sucedido, recordó su pasado de cuando Jotaro lo derrotó pero ahora en este nuevo mundo, buscará cambiar su objetivo a otro, el cual lo llev...
Lo último que recuerdo, es cuando ese maldito de Jotaro y yo tuvimos un enfrentamiento final, tenía todas las de ganar pero... En el golpe final solo vi un destello y después... Desperté.
Desperté en un lugar que no conocía, solo que había un pequeño detalle, la luz del sol, sabía que me podría destruir pero ahora... Estaba dándome en toda mi cara, en toda ¡La cara! Eso es imposible, a menos...
Estaba viendo en qué lugar estaba, estaba desorientado, perdido, no era algún lugar que yo conociera; tenía que adaptarme a este nuevo entorno, así que comencé a caminar; era algo extraño, lo primero que note era que había muerte en todos lados, una guerra, lo mejor que puede pasarme es matar para relajarme.
Llegué hasta un lugar donde había soldados, diferentes bandos, todos muertos, aunque había más de un lado que otro, sus armaduras eran más que evidentes y clichés; los buenos al parecer tienen armadura plateada con azul y los malos portaban un color oscuro con rojo, muy diferente pero como dije muy cliché.
Dio: Esto es algo peculiar, me preguntó.
Soldado N: ¡No te muevas! - Justo lo que necesitaba, un buen momento, ya estaba cansado de horas sin ver algo de vida que arrebatar.
Dio: Tranquilos, no soy peligroso. - Claro que no lo soy, he, claro.
Solado N: ¿Eres Demaciano?
Dió: Dema ¿Qué? ¿Es una clase de broma?
Soldado N: No pareces Demaciano pero tampoco eres de nuestra nación, debes ser un forastero. - Cuánta falta de respeto, tranquilo, solo debo esperar un poco más.
Dio: Inútil, inútil, que pérdida de tiempo.
Soldado N: Escucha pedazo de mierda, solo estás vivo porque nosotros así lo d---
Dio: Ya escuché suficiente. - Me muevo rápido y corto la garganta de estos cinco imbéciles, para mí mala suerte, recibí daño, mi velocidad ya no era la misma, además mi sanación ya era la de un humano común y corriente, como odio estar así pero lo más importante... The World no lo he visto ni sentido desde que desperté, me temo qué tal vez, también lo perdí. - ¿Todavía podré usar a Za wardo? Creo que tendre que probar.
?: No te muevas o juro que te atravesare el corazón. - Parece que tengo a un insecto muy sigiloso.
Dio: ¿Puedo ayudarte? Tengo cuatro cadáveres recién muertos.
?: No hables a menos que te lo ordené. - Siento algo puntiagudo en mi espalda, de seguro es un cuchillo, lanza o tal vez un pica hielo.
Dio: Bien como digas, señorita. - Ahora es un buen momento para sacarme de mi duda.
?: Te dije que no---
Dio: ¡Za wardo!
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