El juego de las llaves

Solamente sexual, cero romance

Neal: Estás castigada una semana- Regañaba a McKenna en el pasillo del colegio.

Emma: No, eso no es cierto- Interrumpió- Nosotros lo que queremos es apoyarte, estamos preocupados por ti- Presionó suavemente el hombro de la adolescente.

McKenna: Tranquilos, falté algunas veces, Mills es una exagerada- Rodó los ojos al mencionar a la morena.

Neal: No, aunque me entripe reconocerlo, Regina tiene razón ¿Qué tal que te pasa algo y nosotros no sabemos dónde estás? – Emma asintió- ¿A dónde te vas de pinta?

McKenna: A prostituirme- Soltó con sarcasmo y Neal la regañó con la mirada mientras Emma aguantó las ganas de reírse- Oigan soy yo, McKenna, la chica nerd, solo me fui al parque a ver patos.

Emma: ¿Vas a ver patos? – Le acarició el cabello con ternura.

Neal: De ahora en adelante, yo te voy a traer a la escuela- Eso hizo que la adolescente resoplara.

McKenna: Ahora me voy a clase ¿O quieren qué siga faltando y Regina esté respirando en nuestros cuellos? – Se burló y se fue a su salón.

Swan pensó que no le desagradaría tener a la morena respirando en su cuello y en todo su cuerpo, todo lo contrario, sacudió la cabeza.

Emma: ¿Te acuerdas que también nosotros nos íbamos al parque a ver los patos y nos quedábamos hablando por horas? – Ambos sonrieron ante el recuerdo- Elsa también venía a veces con nosotros- No lo dijo de mala manera, de hecho, atesoraba esos recuerdos con su mejor amiga de la prepa.

Neal: Y Regina, ahora miss Mills también venía ¿Te acuerdas? – Él si lo escupió con resentimiento.

Emma: Ash, luego nos vemos Neal- Rodó los ojos y regresó al trabajo.

Ivy estaba en la cocina preparando todo para la cena con Emma, una canción de rock se escuchaba en la bocina y ella movía las caderas con una sonrisa en sus labios.

Zelena: Wow, que raro ¿Tú cocinando? – Se acercó sonriente y besó la sien de la joven.

Ivy: Siempre- Fingió indignación y la pelirroja soltó una sonora carcajada.

Zelena: A ver, sírveme un vinito por favor.

Ivy: Hoy tengo una cena con Emma- Dijo emocionada mientras le daba la copa a Zelena.

Zelena: ¿No me digas? ¿En mi propia casa y no me invitas? – Puso cara de indignación.

Ivy: Obviamente estás invitadísima.

Zelena: Voy a estar fuera, así que no te preocupes.

Ivy: ¿A dónde te vas? – Preguntó moviendo las cejas.

Zelena: Por ahí- Alzó su copa y brindaron.

La pelirroja bebió un sorbo y miró a la joven, la manera en que sus ojos se iluminaron cuando dijo que cenaría con Emma, no pasó desapercibido para la mayor, esperaba equivocarse, por su hermana Regina, pero, sobre todo, por la propia Ivy, no es que la cegara el amor por su hermana menor, pero cuando Emma escuchaba el nombre de Regina o ella misma lo mencionaba, a la Mills mayor no le quedaba duda que la rubia estaba enamorada de su hermanita.

Emma: Resulta ser, que la mujer con la que nos acostamos Ivy y yo, no era otra que Regina Mills- Suspiró al decir el nombre de la morena.