¡Vamos a la playa!

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Me disculpo por tardar tanto en actualizar, pero a veces me quedo sin tiempo, ojalá que les guste este capítulo, que por cierto, es el penúltimo, porque aunque al parecer habrá otra temporada de la serie, ya quiero cerrarla porque tengo otra adaptación en mente. 

Buena lectura 😉

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"El verano y los climas tropicales aumentan el deseo sexual porque la vitamina D explota la producción de las hormonas que nos hacen sentir placer"


El ascensor a la casa de Zelena se abrió y apareció una pelirroja que no era la dueña arrastrando una enorme maleta.

Ivy: ¿Qué carajos? – Frunció el ceño con desconcierto y la recién llegada se rio.

Ariel: Hermanita, si te escuchara mi mamá, te lavaría la boca con cloro- Se abrazaron efusivamente.

Ivy: ¿Qué diablos estás haciendo acá? – Preguntó con una sonrisa a su hermana mayor.

Ariel: ¿Cómo qué que estoy haciendo acá, idiota? – Le palmeó cariñosamente el brazo.

Ivy: Ya sé, estás huyendo de la policía- Se cruzó de brazos divertida.

Ariel: No, peor, me dijo Zelena, que mi hermana la que cree que el amor es ser libre y fluir, está persiguiendo a una mujer mayor como quinceañera enamorada.

Ivy: No la estoy persiguiendo, estoy tratando de olvidarla ¿Y sabes cual es el problema? Que me invitaron a una boda donde ella va a estar, probablemente con mi exnovia- Resopló.

Ariel: ¿Regina? – La morena asintió- Bueno, vamos a la fiesta- Aplaudió.

Ivy: No, no quiero ver a Emma y a Regina juntas.

Ariel: Claro que iremos, te voy a enseñar como se consigue lo que uno quiere- Alzó una ceja con arrogancia.

Ivy: ¿Tú me vas a enseñar? – Se burló.

Ariel: Obviamente- Puso uno mano alrededor de su hombro- Porque al parecer ya se te olvidó, además siempre he pensado que Regina está caliente- Se mordió el labio inferior- Yo me quedó con esa deliciosa morena y tendrás el camino libre con esa tal Emma- Le revolvió el cabello.

Ivy: Estás bien pinche loca- Se rio.


Emma: ¿Estás segura qué no quieres que me quede? – Le preguntó por décima vez a su hija mientras la dejaba en la puerta de la casa de una de sus amigas.

McKenna- Ya te dije que no- Rodó los ojos- Ve y diviértete.

Emma: Cualquier cosa me llamas ¿De acuerdo?

McKenna: Mamá solo son dos días- Volvió a rodar los ojos.

Emma: No importa, si necesitas cualquier cosa, me regreso de inmediato- Acarició su rostro y Regina observaba encantada.

McKenna: Ginny ¿Puedes llevártela ya, por favor? – Miró a la morena con ojos suplicantes.

Regina: Entiendo perfectamente a tu mamá, de hecho, había pensado que yo podría perderme la boda y que te quedaras conmigo en mi apartamento.

McKenna: Tendré dos mamás exageradas- Susurró y solo Emma escuchó, lo que la hizo sentir pánico y felicidad a la vez- Ginny, se supone que debes equilibrar ese lado dramático de mi mamá- Reprochó y la morena levantó las manos en señal de rendición.

El juego de las llavesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora