—Kazutora, no esperaba verte aquí. –la voz de Keisuke sonó más alto de lo que deseaba, sus ojos llenos de sorpresa.
Cuando decidió ir al departamento de Chifuyu, porque aunque no hubiera pasado mucho tiempo y después de intentar meditar un poco con su almohada como Draken le había pedido, llegó a la conclusión de que tenía que decirle a Matsuno como se sentía, necesitaba disculparse con el menor, Keisuke no durmió toda esa noche y nunca pensó encontrar a su mejor amigo en el departamento de su novio, bueno ahora ex novio.
El pelinegro se encontraba demasiado confundido y su fuerza de voluntad se había desmoronado en segundos al ver salir a Kazutora del departamento del menor, algo que Keisuke nunca había experimentado.
Nuevamente, Hanemiya estaba un paso más adelante que él -¿Desde cuándo la situación era de esa manera?- ahora, podía ver con claridad la situación, Kazutora nunca dudo de los sentimientos que sentía por Chifuyu, jamás dudo en expresar fuerte y claro lo que sentía por el menor, incluso cuando parecía broma para Keisuke, cuando creía que su amigo solo lo hacía para molestarlo, no fue un cobarde en ese sentido como él, demasiado tarde se dio cuenta lo mucho que quería a Matsuno, porque sería un estúpido si le rogaba a Chifuyu quedarse a su lado, si él fuera el rubio tampoco se perdonaría.
—Eso digo Keisuke, no esperaba verte por aquí, posiblemente vienes a lo mismo, –Kazutora respondió al ver el rostro de inquietud de su amigo, podía deducir lo que el alto estaba pensando. Ver al pelinegro tan inseguro, tan inquieto y desolado, era algo nuevo para Kazutora, pero que podía decir él, en ese momento se encontraba como Keisuke, ambos habían buscado aquello.
Keisuke no le respondió por ciertos segundos, como si estuviera meditando lo que quería responder, y eso estaba haciendo el pelinegro, sus emociones y sentimientos que tenía en ese momento podían hacer que actuará de la peor manera, sabía que debía resolver las cosas con Kazutora al final ambos vivían en el mismo lugar, se verían a diario y no podían seguir estando de esa manera, pero incluso si eso era algo primordial, primero debía hablar con Chifuyu, aunque eso pareciera imposible.
Kazutora antes de salir completamente del lugar, retrocedió unos pasos para poder observar al menor, dando una última mirada en dirección al rubio -definitivamente era un masoquista-, pero quería comprobar como se encontraba el rostro de Matsuno en ese momento y para su gusto se encontró con unos ojos sorprendidos e indecisos, llenos de coraje y algo de temor. Su corazón se hizo pequeño.
Sus miradas se conectaron por segundos y entonces Kazutora entendió el mensaje. Con un suspiro decidió salir por fin del lugar y cerró la puerta detrás de su espalda.
—No debo ser yo quien deba darte permiso de entrar, Keisuke. –anunció Kazutora después de cerrar la puerta.
—Lo entiendo, –posiblemente lo hacía, pero también estaba lleno de emociones al ver que Kazutora asumía una decisión que no sabía si Matsuno estaba de acuerdo.
—Tenía que venir a disculparme personalmente con él. –desvió la mirada hacia las escaleras, no podía mirar a los ojos a su amigo porque el sentimiento de inseguridad y celos se hacía presente en su cuerpo.
—Lo mismo que yo –respondió Kazutora, fue en ese momento en que Baji por fin lo miro, los ojos amibas parecían estar inyectados de sangre y había ciertas ojeras debajo de los ojos del mayor.
Su amigo la estaba pasado como él, eso estaba claro y lógico –Kazutora también tiene sentimientos por el menor–, ¿Chifuyu lo iba a alejar de su vida como lo haría con él? y ¿Qué fue lo que habían conversado?
—Tora...–su voz saliendo sigilosamente al decir el nombre por el que siempre había llamado a su amigo. —tenemos que hablar, lo sabes, pero justo ahora yo, –se sentía tan raro, en una situación que nunca creyó que pasaría en ambos, sus peleas eran tan escasas y estúpidas, jamás pensó que ambos terminarían interesados en la misma persona y que llegarían a ese punto.
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Happier Than Ever
FanficUn laberinto sin salida, que día a día consumía a Matsuno, el estar en una relación amorosa no debía ser doloroso, no sabía cómo había terminado siendo una apuesta para Keisuke, pero de algo estaba seguro, sí esto era un juego, no sería el único con...