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Por fin, en estos momentos mis labios se habían juntado con los suyos, haciéndome sentir con ese simple toque que estaba en un paraíso.

Nos quedamos quietos por unos segundos, hasta que él comenzó a mover sus labios, cosa que me sorprendió gratamente. Porque siempre pensé que de los dos el primero que iba dar el principal movimiento iba a ser yo.

Entreabrí mis labios al igual que él para poder probar mejor los labios del contrario. Nuestras bocas se movían a un ritmo normal, ni muy rápido ni muy lento. No teníamos prisa, queríamos explorar lo máximo posible.

La parte del parque en la que estábamos se encontraba totalmente solitaria, las personas no solían quedarse por esta zona, por lo que estábamos aprovechando esto para poder darnos el tiempo necesario de conocernos mejor de una manera un poco más íntima.

Jungkook apretó un poco más el agarre y me pegó completamente contra su cuerpo, no había ni un mínimo espacio entre nosotros.
Mis manos agarraban con fuerza su cintura e intentaba seguir el beso como podía, porque todo se había vuelto más apasionado.

Jungkook estaba lamiendo y mordiendo mis labios sin descanso, como si se tratase de algún dulce o postre. No sabía ahora si el que tenía más ganas de continuar con el beso era yo o él.

Su lengua después de delinear mis labios de todas las maneras posibles, se coló dentro de mi boca y se encontró con la mía.
Dejamos que nuestras lenguas estuviesen un rato juntas, moviéndose sin parar. Jungkook estaba un poco descontrolado y desesperado, pero yo no me quedaba atrás, siempre fui quien más deseó obtener esto.

Al notar que ya había sido suficiente para quedarme satisfecho con el beso, el cual había superado con creces mis expectativas porque nunca creí que iba a ser así. Hice el amago de separarme para poder relajar mi cuerpo, calmar mi respiración y mirar a Jungkook a los ojos.

Sin embargo, Jungkook gruñó y se negó a separarse de mí, pero hice caso omiso y me alejé igualmente.

—Creo que ha sido suficiente —dije una vez que sus labios estuvieron separados de los míos.

Los dos estábamos con las respiraciones entrecortadas y nuestros corazones acelerados.

Creía que iba a ser un beso simple, corto y tranquilo, pero se acabó convirtiendo en todo lo contrario. Jungkook sabía ocultar demasiado bien sus ganas y ansias, porque lo había hecho durante semanas.

Después de quedarnos unos segundos mirándonos, Jungkook levantó su mano y sus dedos se acercaron a mi mejilla y me acarició con delicadeza. Solté un suave suspiro al sentir su tacto y le regalé una pequeña sonrisa. Él, en cambio, separó sus labios dispuesto a hablar.

—Creo que soy adicto a ti.











🐇🐇










Estaba sudando y agotado, quería que esto se acabase de una santa vez. Y es que subir cajas y maletas con mucho peso a un segundo piso no era lo más agradable.

Jungkook y yo nos estábamos mudando, y me gustaría añadir que como una pareja feliz, pero no éramos novios aunque lo pareciésemos.

Ya quedaba menos para que terminásemos, pero es que después de tres horas sin parar era normal que ya no quedase casi nada. Porque no solo habíamos sacado las cosas del coche y las habíamos subido, sino que antes habíamos ido a mi apartamento a bajarlo todo y después al de Jungkook para hacer lo mismo.

—¿Cuántas cosas faltan? —lloriqueé por decimoquinta vez.

—Solo quedan tres cajas, si quieres las subo yo. Ya puedes descansar, quejica.

No te acerques a él [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora