Prólogo

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Cinco años habían pasado desde que la isla de Berk había cambiado completamente. Cuando aquella noche una niña humana junto a su dragón se estrellaron en la isla de Berk para cumplir una profecía junto una misión para que la paz entre humanos y vikingos nazca y prevalezca hasta el día de hoy.

Aquella tarde en la isla una figura se había colocado su equipo de vuelo y  salió de su casa a escondidas junto a su acompañante. Su sombra apenas se podía ver por el océano mientras la gran y famosa isla de Berk lucía su majestuosidad ante todos.

Esto es Berk... El secreto mejor guardado de... Cualquier parte.

Es cierto que no parece la gran cosa, creéme yo lo pensé la primera vez que llegué. Pero si de algo te puedo asegurar, es que de éste montón de rocas mojadas...

Alberga muchas cosas fascinantes.

Un grupo de ovejas se escondían de dragones que volaban en el cielo, sus sombras siendo su presagio y señal de adonde debían esconderse para no ser encontradas.

Una se había asomado y avanzó siendo seguida por las demás como si estuvieran pegadas con pegamento llegando a un callejón observando al cielo aterradas.

Aquí la vida es asombrosa, pero no apta para cardíacos.

Verán, mientras que la mayoría tiene pasatiempos como tallar madera o bordar...

Los Berkianos preferimos...

Todas se empujaron y sacaron una oveja que tenía pintada una diana del centro. La pobre abrió los ojos aterrada antes de que unas garras la tomaran y se fuera volando.

Algo que nos gusta llamar...

Cuatro dragones volaron sobre una estatua a toda velocidad haciendo que por el impulso una pequeña figura de dragón gire por el viento. Llegaron a una especie de arena donde varias personas, tanto vikingas como dragones, los animaban dando gritos emocionados.

¡Carrera de Dragones!

Patapez observó a sus alrededores con una sonrisa y gritó feliz por la adrenalina. Albóndiga lo miró y trató de imitar el gesto teniendo a la oveja con la diana entre sus garras.

Lástima que su felicidad no duró mucho cuando dos individuos chocaron con ellos y cierto vikingo robusto y bajo tomó la oveja.

-¡Lo siento, Patapez! ¿Tú lo querías?- le mostró Patán la oveja burlándose.

-¡Oye! ¡Eso es nuestro!

Albóndiga se molestó por ello y se abalanzó para atacar, pero Colmillo fue más rápido y logró esquivarlo.

-¡Fallaste!

-¡Patán Mocoso, eso era mío!- reclamó Patapez.

El pelinegro se posicionó cerca de cierto Cremallerus y le lanzó la oveja a la jinete rubia.

-Aquí tienes, cariño.- Brutilda lo vió confundida.- ¿Te dije lo hermosa que te ves hoy?- trató de coquetear; aunque solo recibió una mirada asqueada.

-Te juro que este idiota no aprende.- se quejó Colmillo.

-Al menos nos están regalando la victoria.- se burlaron ambas cabezas.

-Vámonos, Eructo. Empieza a apestar aquí.- el dragón comenzó a lanzar un poco de su gas frente al muchacho.

-No, aún te odia.- comentó su gemelo haciendo que Vómito suelte las chispas.- ¡A la carga, Vómito!

How to Fly with the DragonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora