II

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Ambas chicas iban en camino hacia el humo con sus dragones volando lo más rápido que les era posible. Llegaron en poco tiempo a una zona quemada cruzando algunos árboles hasta que vieron picos de lo que parecía ser hielo alzándose con ciertos pedazos de madera entre ellos. Las dos intercambiaron una mirada rápida y fueron directamente al lugar que parecía ser el origen de todo.

-No te alejes.- Hicca le avisó mientras se acercaban. Volaron alrededor notando que lo que sea que haya estado ahí fue destruido en su totalidad.- ¿Qué pasó aquí?...- preguntó inspeccionando la zona encontrando huellas gigantes que parecían tener seis garras.

No parecía reconocer el tipo de dragón que dejaría una marca como esa, pero Chimuelo la llegó a ver por unos breves momentos y comenzó a gruñir.

-Muy bien, tranquilo, amor.- Hicca acarició su cabeza logrando calmarlo.

-¡Hicca!- escucharon el grito de Astrid y lograron ver a un grupo de cazadores salir de un escondite detrás de un pedazo de hielo.

-¡Fuego!- gritó uno de los cazadores y la pareja logró esquivar la red que fue lanzada a su dirección; al contrario de Astrid y Tormenta, quienes tardaron en reaccionar.

-¡Astrid, cuidado!- le avisó demasiado tarde, pues la red ya las había atrapado, o bueno, solo a Tormenta y Astrid terminó cayendo de su silla.

-¡Demonios, me atraparon!

-¡Hicca!- Chimuelo voló esquivando más ataques y logrando atrapar a la chica tomándola entre sus patas.

Cuando el Furia Nocturna intentó volver para ayudar a Tormenta todos los cazadores los habían rodeado con sus armas en alto. Tormenta logró lanzar un par de espinas que terminaron parando en el hielo hasta que un hombre de cabello azabache y tatuajes en el cuerpo apareció saltando encima de la Nadder.

-¡Cuidado con la cola!- le avisó a sus hombres.- ¡Aten sus patas!- ordenó y todos acataron sin dudar.- ¿Eso es lo que creo que es?...- preguntó al escuchar el icónico silbido de un dragón en particular.

-¡Alto!

-¡Tormenta!- Chimuelo soltó a Astrid y ésta corrió para ayudar a su dragona.

-¿Qué están haciendo?- preguntó Hicca una vez aterrizaron y desmontó su silla al tiempo que sacó su espada y la prendió en fuego sorprendiendo a los presentes.

-¿Están de vuelta?- cuestionó el desconocido mirando a ambas chicas cuando se fijó en el dragón que estaba detrás de ellas.- Mal rayo me parta...

-¡Ya con mucho gusto lo hago yo!- se quejó Tormenta tratando de liberarse.- ¡Solo quítame las cuerdas y ya veremos como te dejo la cara!

-Tormenta, calmada...- le murmuró Astrid calmando a su dragona antes de que cometa una locura.

-Es una Furia Nocturna.- exclamó el líder de los cazadores.

-No, como crees. Soy una linda mariposa.- comentó sarcástico ganándose una mirada confundida por parte de su novia.- ¿Qué? Él recalcó lo obvio.

-No ayudes...- le regañó Hicca.

-Creí que estaban extintos.- palmeó el hombro de uno de sus hombres con confianza y volvió a verlas haciendo que el dragón gruñera en forma de amenaza.- Parece que nuestra suerte acaba de mejorar, muchachos.- rió junto a sus hombres.- No creo que Drago tenga uno de esos en su ejército de dragones.- ambas chicas intercambiaron miradas confusas y volvieron a ver al hombre frente a ellas.

-¿Ejército de dragones?- repitió Astrid.

-Mira, no queremos problemas.- habló Hicca esperando calmar la situación.

How to Fly with the DragonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora