la hermana de yui

Capítulo III

—Ayato, que haces por acá supuse que estabas con yui—dijo Reiji.
—yui?—murmure.
—Si,si—molesto. —y quién es esta?—levanto la voz.
—¿Cómo es que dijiste?—frunci el ceño.

Se que hay que ser educado en casa ajena más si te dan un lugar para quedarte, pero no puedo soportar que me falten el respeto.

—Ella es Mei komori se estará quedando con nosotros por órdenes de esa persona.
—Con que a si es como te llamas, que raro tienes el mismo apellido bitch-chan—Con delicadeza me tomo por la cintura y acerco su rostro al mío acariciando mi mejilla—hasta tienen los mismos ojos, no me digas... Tienen algún familiar en común?
—¿Bitch-chan?— A quien llamará a si.
Tome su mano y la aleje con descaro, dejando una gran distancia entre nosotros.
—No te entiendo, ¿A quien se supone que te refieres?—confundida.
—¿A yui, mi hermana?
—Con que son hermanas, de ahí el parecido en lo planas que son—solto unas cuantas carcajadas el chico de cabello pelirrojo.
—¿Perdón?—Levante una ceja, haciendo una sonrisa sarcástica.
—Lamento las molestias, te llevaré a tu habitación—se acomodo las gafas.

Tomé mis maletas y comencé a seguir a Reiji-san quien subia las escaleras, después de subir unos cuantos escalones con tal peso sobre mi cuerpo, el sudor en mi frente comenzó a caer. Debo estar cargando más de 20 kilos, esto está muy pesado. Pensé que aquel respetuoso muchacho, en algún momento se percataría de mi cansancio y ofrecería su humilde ayuda, pero no fue así, lo único que hizo fue mirarme sin mostrar una gota de simpatía desde el segundo piso. Los otros hermanos habían desaparecido sin rastro alguno, fue algo extraño.

—Te demoraste en subir.
—fiu, si es que subir cargando maletas no es muy sencillo que digamos— Me apoye sobre el barandal con una mano en mi pecho controlando mi respiración.
—Pudiste haberme pedido ayuda, en fin Continuemos.

¿C-cómo es que dijo?¿Quien se cree que es?
—Pudiste haberme pedido ayuda Sisi—murmure.
—¿Dijiste algo?
—Nono nada, sigamos jaja—desvíe mi mirada nerviosa. Espero que no me haya escuchado.
—Bueno, está es tu habitación.
—muchas gracias.

Analice la habitación de reojo y note que está ya había Sido ocupada por alguien.

—Pero, no es por incomodar ni nada, parece que está habitación le pertenece a alguien mas.
—Pues claro, está habitación antes era de Chichinasi.

Suspiré y solté un grito tirándole uno de los bolsos en el rostro.

—¿Que m... de dónde saliste??!—dije con la voz agitada.
—Oye, quien te crees para tirarme ese bolso, ven aca—agarro mi polera y tiro de ella, acercando su rostro al mío gritándome.
—Por dios, Ayato no seas imprudente.
—Pero si ella me atacó primero—me empujo tirándole al suelo. Cai de espaldas

—ay, eso dolió—me sobe la espalda y me levanté molesta.
—Que te sucede, no fue a propósito solo fue un reflejo. Tan poco es para que reacciones así—respondi levantando la voz.
—QUE MOLESTA ERES, no te pareces en nada a tu hermana. Ella también lo era, pero no tanto como lo eres tú.
—Di lo que quieras. Con que está habitación le pertenecía a mi hermana y ¿Dónde está ella ahora?

—Ella nos abandono, se fue con esos tipos—desvio la mirada
—otros?
—Bueno, con permiso me retiro. Nos vemos más tarde.
—yo también.
—okey. .

Acomode mis maletas y me senté en el borde de la gigantesca cama, no puedo creer que mi hermana estuvo viviendo con estos tipos, y quién sabe quién más.
Di un pequeño bostezo, estirando mis delicados brazos acostandome con suavidad en la cama.
— Que sueño...— que comoda esta, solamente cerraré mis ojitos un poco y...

Caí profundamente en un sueño

...

me despertaron unos golpes en la puerta. Me levanté aún dormida y abrí la puerta.

—¿Qué sucede?—pregunte adormilada.
—Toma esto, Reiji me dijo que te lo pasará y apúrate que nos vamos.—Se fue sin decir nada más.
—¿Gracias?

¿Quién era el? No lo había visto antes, era un chico de cabellos blancos y ojos rosas. Me había entregado un uniforme,—¿Porqué me dió esto? ¿No es muy tarde para ir a clases?— Frote mis ojos y suspiré, bueno me tengo que preparar, deben de estar esperándome.
Me sorprendió que en vez de tener la típica falda tuviera unos shorts con dos botones en cada lado, me percaté de que no tenía chaqueta
—se le habrá olvidado, que más da ... ya voy tarde!!— tomé un poleron gris de uno de mis bolsos y baje a la recepción.

—Al fin llegas, te demoraste un poco mucho.
—Es que no sabía que había clases en la noche— lo empuje con el hombro y camine a la limosina — oh, lo siento,
N-O, T-E V-Í
—Te voy a...
—Cállense, hacen mucho ruido— dijo subiéndose a la limosina.

Lo mire se reojo, se trataba de un chico alto, rubio y con unos hermosos ojos azules. El cuál llevaba audífonos puestos, era bastante atractivo, no pude evitar sonrojarme.
—Te vas a subir o no?
—Sisi— Me subí y me acomode en el asiento de la esquina. Percibí una inusual mirada, sentía que me comía viva. Giré mi rostro y me encontré con alguien a quien no había visto antes, era un chica de cabello violeta, con unos ojos del mismo color con unas pronunciadas ojeras bajo los ojos.
—oh tienes las ojeras muy marcadas, pobrecita—pense en voz alta.
—...

Escuche unas cuantas risas que venían de los otros hermanos.

—N-no quise decir eso realmente, lo lamento. Soy Mei komori un gusto— avergonzada.

—...Soy...Kanato... y soy chico.

Me quedé sin palabras, que forma de arruinarlo todo.

—Ya llegamos, Mei tienes que ir a la dirección para que te digan tu clase—dijo reiji bajando se del auto.
—¿Y dónde está la dirección?— fui la última en bajarse y cuando lo hice todos ya se habían ido.

—¿Por qué tiene que pasarme esto a mi?—Di unos cuantos golpes en mi cabeza.

Entre a la escuela con el corazón en la garganta, que angustia... hace años que no voy al colegio, después de todo estoy acostumbrada a estudiar en casa.

—¿Oye estás bien?—apoyo su mano en mi hombro.

Di un pequeño salto,
S-si, me asustaste un poco, ¿Quién eres?
—Yo soy Oyuki, un gusto. Debes ser nueva por aquí no te había visto nunca.
—Yo soy Mei y si soy nueva.

Suena la campana

—Me tengo que ir, voy a llegar tarde a clases, nos vemos después.
—Espera sabes ¿Dónde está la dirección?

Se fue... me quedé sola en el pasillo. Ay tengo ganas de hacerme bolita y esconderme en mi cama. Camine un rato por los pasillos de la escuela hasta que sentí a alguien pasando por atrás mio. Lo agarre de la mano.

—Espera.. sabes, sabes en dónde está la dirección?