LANHE | #O13

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✦ ... No dejes que los demás definan quién eres ... ✦

Si el vino se encuentra a punto de rebosar, es muy complicado mantener la copa intacta en su lugar.

Cuando todavía estaba en primaria, Yeonjun comprendió que la culpabilidad causada por una mentira, sería capaz de absorberle por completo mientras más consciente se encontrara de ella. Más adelante, con la experiencia de reprimendas y llantos encima, desarrolló un método efectivo que endureció su sensibilidad y ayudó a ignorar las mentiras que se esforzaba por hilar.

De esa forma, incluso si duraba meses, sería difícil para los demás el obtener una confesión sincera de su parte. A partir de ahí, no fue una sorpresa que su situación con Beomgyu y Heejin permaneciera oculta en lo más profundo de su corazón, cubierta por cadenas firmemente entrelazadas para no permitir que ningún resbalón saliera a flote.

Hasta esa fiesta.

Hasta esa noche.

Hasta esa mañana.

Y hasta ese día.

Yeonjun se despierta con los párpados pesados, manteniendo en sus manos la misma foto arrugada de tres niños enlodados de los pies a la cabeza; igual que cada mañana, donde duerme durante tres horas como máximo, viéndose tan incapacitado para siquiera cerrar los ojos y no soñar con aquellas dos personas a las que llegó a lastimar semanas atrás.

Su rutina se ha vuelto agobiante. Obligándose a asistir a clases con kilos de corrector encima para ocultar su apariencia demacrada, sonriendo falsamente a todos sus compañeros, tratando de ignorar la turbia marea que le provoca náuseas cada vez que sus ojos chocan contra el asiento vacío de Beomgyu.

Se había enterado, gracias a las comidillas susurrantes, que Beomgyu se encontraba alistando todos los papeles necesarios para llevar a cabo el intercambio al que se postuló tiempo atrás. Si hubiesen estado en buenos términos, sería Yeonjun el primero en enterarse de esa noticia por la boca del mismo Beomgyu; sin embargo, la realidad fue que, de no ser por los más chicmsosos del salón, sólo se enteraría de ello cuando su mejor amigo estuviese subiendo al avión con su equipaje en mano.

Nuevamente... ¿Qué derecho tenía él para reclamarle a Beomgyu por ocultarle tal noticia.

Restregándose los ojos con sus puños, deja la fotografía debajo de su almohada. Por alguna extraña razón, no se siente igual que los días anteriores; un sentimiento pesado se arremolina en la boca de su estómago, volviéndose insoportable en tan pocos minutos.

ㅡMierda... ㅡmasculla frente al espejo del baño, notando que tiene tan poco corrector para colocarse, dejando al descubierto una buena parte de las bolsas oscuras que adornan su rostroㅡ. No... Respira, Jun. No es el fin del mundo, joder. Siempre puedea decir que te desvelaste viendo vídeos, o jugando algún videojuego estúpido... Sí... Maldita sea, ¡para de temblar! ㅡla desesperación gotea de su voz al darse cuenta del sudor frío que recorre su espalda, de las lágrimas que se balancean por sus mejillas y se desvanecen al caer en la nada.

Deben pasar quince minutos exactos para que se controle a sí mismo.

Yeonjun baja las escaleras con cuidado, moldeando una sonrisita perezosa para empezar su actuación del día. Al llegar al comedor, encuentra a su padre leyendo una revista de farándula, bastante entretenido en algún tipo de titular exagerado que esas revistan suelen mostrar. Su madre, atenta y servicial, lo saluda levemente y procede a colocar su desayuno en la mesa.

ㅡ¡Buenos días! ㅡexclama alegre, tomando asiento frente a su padreㅡ. Es una sorpresa verte tan temprano, papá.

El hombre mayor ríe, todavía sin mirarle.

Los Amigos No Hacen Eso ✦ YeonGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora