Cap. 11 recuerdos

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Al escuchar la escalera hacer un click como sonido deduje que posiblemente Anthony haya dejado la escalera cerrarse siendo que el sonido simplemente se haya debido a la fricción del mismo al cerrarse, pasaron los minutos y después de que había revisado y curioseado todo el ático me dispuse a volver, pero en cuanto intente empujar la puertilla esta no se movía, me extrañaba ya que recuerdo que esa era la manera de abrirla pero aun así no pudo importarme, regrese a la esquina donde me había acostado antes y intente distraerme un poco con lo que sea que había en el lugar, en cuanto levante la mirada pude ver una pila de cajas justo al lado contrario, al acercarme y abrir para ver lo que contenían, descubrí diversos libros gruesos con imágenes dentro, al pasar las páginas no veía palabras o texto alguno, bueno uno que otro, pero mayormente solo tenía imágenes, imágenes que parecían ser de la familia de Anthony y el. Lo extraño era que este parecía ser mas chico y tierno de lo que era ahora.

- Realmente te ves igual como antes - dije mientras pasaba mi mano entre el papel que se sentía más como plástico.

Baje la mirada y note que esta vez había mas hojas, esta vez impregnados con colores mas vivos pero limitados, al recoger las hojas note que parecían imágenes pesimamente detalladas pero que se me hacían familiar, en estas parecían fotos en forma de garabatos los cuales no eran precisas a lo que realmente intenta representar, los humanos en estas parecían hechos de palos y cono una cabeza mal redondeada, arriba de estaban escritos las palabras "mama, papa y yo", en otra parecía ser que estaba Anthony en su cama y en lo que veía la ventana pude notar algo blanco y alargado con ojos fluorescentes mientras esbozaba una sonrisa. Me reí al recordar que ese era yo, cuando conocí a Anthony por primera vez.

-Hay pequeño, cuanto has crecido- pensé mientras me había dejado caer de espaldas, al mismo tiempo que estiraba mi cuerpo esperando que mis huesos tronaran cuando recordé que no tengo casi huesos, solté otra carcajada y me dispuse a recostarme sobre la puertilla, pero lo extraño fue que ni con todo mi peso esta no parecía bajar, ¿acaso Anthony había cerrado desde el otro lado?

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Llegue a mi salón y mientras me sentaba note que Tomas parecía estar preocupado, pero al voltear a verme supe lo que debía hacer, me acerque a su pupitre y me senté a su lado.

-Tomas cálmate, que ocurre- le dije intentando consolarlo

-Solo dime que mataste a esa cosa ayer- fue lo único que respondió mientras estaba perplejo, yo recordé que él también había visto a Synx pero sabía que no podría decirle que lo deje vivir así que tuve que mentirle.

-No te preocupes, ya quemé a esa cosa- respondí

- Gracias a Dios, en serio no puedo creer lo que vi, no puedo dejar de pensar en eso yo...-

-Tranquilo, esa cosa ya se fue-

- Pero seguramente hay mas de esas cosas haya fuera cierto?, no creo que era el único- pregunto paranoico, en eso no cabía duda que debía decir la verdad.

-Lamentablemente si, por eso te pido que tengas cuidado porque posiblemente no pueda estar yo para cuidar tu espalda.

-Pero no puedes cuidarte tu solo, aunque lo hayas matado es posible que te agarren por sorpresa y...-

-Viejo, voy a estar bien, yo puedo cuidarme solo- dije para intentar que se dejase de preocupar de mi

-Si puedes cuidarte de ellos porque no te puedes cuidar de los matones, tu solo huyes de ellos - respondió Tomas con cierta agresividad.

-Yo.... La verdad es que son dos cosas distintas, puedo matar a un Synx pero no puedo matar a un ser humano.

-Un ¿Qué? -

-Así es como se llama la especie, bueno lo que me dijo aquella cosa antes de morir-

-Si, pero.... No, no estamos hablando del sync o lo que sea que se llame y tampoco de matar, me refiero del porque no les das una paliza- Respondió Tomas de una forma que quisiera cambiar el tema.

-Eso... más que nada porque... no lo se realmente- No supe responder ya que literalmente cuando fui humillado y golpeado por ellos me daban ganas de matarlos, pero no podía simplemente responder que podía matarlos porque si fuera el caso, Tomas pensaría que estaba mal de la cabeza o que me tachara de sociópata. Deje la conversación para otro momento por lo que sin decir ninguna palabra tome asiento en mi pupitre asignado, espere que llegaran los demás y fue lo de siempre con las clases, solo que lo único que diferenciaba era que aún seguía sin sentirme tan seguro, al igual que los días anteriores decidí buscar una forma de pasar el rato además de esconderme de Oscar y su pandilla. Mi mente dejaba de centrarse en las tareas y se enfocaba mas en intentar pensar si mi hermano seguía a salvo o que mínimo Synx no tuviera idea de que lo había encerrado allí adentro.

Por más que intentara bajar no encontraba el modo de accionar la puertilla, intenté saltar con todo mi cuerpo, pero esta no parecía moverse, así que decidí buscar otra forma de salir. Alce la mirada y no podía ver ninguna ventana en lo absoluto, pero note un pequeño hueco con forma rectangular el cual parecía tener una rejilla, en eso comencé a arrancarlo con mis dientes y con un pequeño jalón logre desatascarlo. En eso me encamine a entrar y así emprendí mi camino por el estrecho túnel, el lugar era algo estrecho y polvoriento, pero no es como si mi cuerpo elástico pudiera no soportarlo, al arrastrarme a mi mismo por el camino me dedique a dislocar mis extremidades al mismo tiempo que me deslizaba y aferraba a las paredes. Al bajar y subir por distintos lados logre llegar a lo que parecía ser el cuarto de Anthony, saque la cabeza y al alzar el cuerpo pude reagrupar mis extremidades y así volver a mi forma normal, me deslice por los pasillos hasta llegar a la cocina donde abrí de nuevo el refrigerador ya que comenzaba a entrar mi hambre.

Pasaron las horas al mismo tiempo que tragaba de los filetes y sardinas que encontré y por decir de alguna manera lo sentí exquisitas, no tan fenomenales como la carne humana, pero decir que era bueno, era quedarse corto. Podía sentir como los alimentos iban siendo digeridos en mi estomago mientras me sobaba mi barriga dándome una sensación placentera, pero no podía compararse a una presa siendo digerida viva, el solo hecho de sentir a la victima retorcerse y patear era algo que además de cosquillas era orgásmico si se le puede decir de esa forma. En cuanto terminé de comer me acosté en el suelo en frente de la puerta esperando a Anthony, pero al parecer estaba tardando mas de lo debido, pero aun así entendía que no llevaba tan bien el raciocinio del tiempo esperándolo ya que me concentraba más cuando lo seguía a él.

Continue mi espera en la planta superior mientras que podía escuchar el cuarto del cachorro siendo esto proveniente de posiblemente el mismo, curioso abrí la puerta y allí lo encontré, gateando en su jaula de tela, pero en cuanto me vio comenzó a chillar. Tal vez lo había espantado, pero no podía dejar de disfrutar el sonido de su llanto ya que era una especie de música continua que no paraba de recorrer mis oídos, aun así, al cobrar la conciencia de nuevo pude reaccionar y supe de inmediato lo que debía de hacer ya que si Anthony encontrara a su hermano llorando de esta forma seguramente se enojaría de nuevo y trataría de asesinarme debido a una confusión. Errático y rápido me intente de acercar a el y sin saber realmente que hacer tome al niño con mis brazos y con el cuidado de no rasguñarlo.

- ¿Que debo hacer? ¿Qué debo hacer? - me dije a mi mismo mientras pensaba una forma de calmarlo, acaso debía dejar de verlo? ¿acaso mi apariencia podría asustarlo?, desesperado logre recordar algunos de los gestos que los humanos utilizaban en estos casos mientras espiaba. Puse al cachorro entre mi pecho y comencé a agitarlo suavemente mientras acariciaba la cabeza del mismo, rogaba que funcionara y milagrosamente después de algunos minutos de lloriqueos el mismo dejo de hacerlos dando por fin a que este se durmiera. En cuanto bajé la mirada estaba casi exhausto, este podía ser por el hecho de que mi especie era igual de frágil, pero no tanto como para defenderse a si mismo o huir, es así que supe porque estos humanos son tan estrictamente cuidados, porque literalmente solo son seres indefensos que requieren de protección, por eso es que comer niños era fácil, porque estos no tienen la capacidad de defenderse a si mismos completamente. Mientras me perdía en mis pensamientos escuche la puerta del cuarto abrirse.

"Atormentado por un demonio"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora