𝐓𝐇𝐄 𝐀𝐋𝐓𝐄𝐑𝐒 ┇「𝐒𝐀𝐓𝐙𝐔」

𝐎 𝐍 𝐂 𝐄

Pasó un mes desde su primera cita, desde que comenzaron su noviazgo, y ambas estaban completamente felices.   

Comenzaron a salir todos los fines de semana, Tzuyu llevó a Sana a todos los lugares que quiso, solía llevar a Sanashi también, a algún parque, dónde la podía dejar jugar por horas, o una ocasión la llevó a una tienda de golosinas, dónde la dejó elegir todas las gomitas que quiso.   

Después tenía que cuidar a Sana cuando terminaba con dolor de estómago, luego de que Sanashi comiera todos los caramelos.   

Desde entonces no la había dejado llevar a Sanashi a ese lugar, ni volver a comprarle golosinas.    

A veces, algunas noches, Cotton la despertaba y se quedaba a pasar el rato con élla, Tzuyu comenzó a guardar algunos chocolates para la pequeña.   

Cotton no había vuelto a lastimarlas, y se portaba muy bien, era bastante nerviosa y Tzuyu tenía que verla todo el tiempo, por temor a que hiciera algo peligroso.   

A veces la encontraba pellizcandose, o clavando sus uñas en su piel, o razguñando su cuerpo, se tomaba el tiempo de calmarla, de hacerla sentir bien y de explicarle la cantidad de veces necesarias que ya no debía lastimarse.   

— Sé que no lo haces a propósito, eres una chica excelente, sólo debes pensar un poco las cosas cuando veas que te estás lastimando... Ya nadie va a herirte, no tienes que hacerlo tu misma tampoco.   

Cotton entendía perfectamente todo lo que Tzuyu le decía, era una niña excelente.   

Tzuyu nunca la había tocado más allá, siempre había sido muy cuidadosa y suave con élla, siempre la había respetado muchísimo.   

Sana no tenía que sentirse mal o preguntarle al respecto para saber que era un tema similar a los besos.   

Le estaba dando su espacio, y su tiempo, y cuando quisiera sólo tenía que pedirlo.   

En el beso, se colocó sobre Tzuyu, sentandose sobre las caderas de la mayor, en cuanto sintió aquello separó el beso.   

— Sanashine, ¿Que haces? — preguntó, no había sonado mal o enojada, sólo quería corroborar con era lo que ocurría.   

— Tzuyu... Me encantaría tener mi primera vez contigo — dijo, sus mejillas estaban muy rojas pero su tono no fue vergonzoso—. No sé hasta donde llegue, pero quiero intentar.   

Tzuyu le sonrió y acarició sus mejillas de forma tierna.   

— Gracias.   

— Si sientes algo mal, dime.   

Sana asintió, tenía una sonrisa conforme en su rostro, sus mejillas estaban muy rojas.   

Tzuyu se enderezó, quedando sentada en la cama, con Sana sobre élla, sus labios fueron hacia el cuello de la menor, dejando besos, succionando su piel, y rozando con sus dientes con suavidad, mientras escuchaba a la peli-rosa respirar de forma pesada, encantada con el tacto, enredó sus dedos en el cabello de la mayor, acercándola más.