Orgullo Interno

VII

Mientras que ambos pelinaranjas trataban de no llamar la atención, cosa que iba pésima por cierto, Ray parecía estar acompañando a Isabella, aunque la ojivioleta adulta sonrió un poco para su pequeño, mismo que estaba mirando algo confuso a los dos hermanos.

一¿De verdad son los hijos de Ratri...?

Un pequeño golpe llegó al brazo del azabache, mismo que soltó un quejido, frunciendo el ceño para su padre, mismo que se acercó susurrándole.

一«Cuantas veces te tengo que decir que dejes ese sarcasmo enano...»

一«Pues no es mí culpa que actúen raro...»

Ambos estaban discutiendo, mientras que Isabella soltó una leve risa, siendo que, ignorando a su esposo e hijo, se acercó a Emmil, mismo que estaba aún apretando las mejillas de su hermana menor, quien trataba de separarse.

一¡D-Dejame!

一No hasta que aceptes que parece que te gusta~

一Emmil, creo haber oído que dejaras de apretar las mejillas de tu hermana

El nombrado soltó rápidamente a su contraría, bastante nervioso, aunque al observar como era Isabella quien estaba hablando le volvió el alma al cuerpo, eso y veía como Emma abrazaba a la pelinegra.

一¡Tía Isabella! Cuanto tiempo

一Y-Yo no estaba apretandolas... Solo... La limpiaba, sí, eso mismo

La adulta dejo escapar una risa por como el pelinaranja trataba de excusarse, aunque igualmente tomo las manos de ambos, empezando a caminar a donde Ray.

一Sí como no, en fin, sí que a pasado mucho tiempo, pero les tengo una sorpresa, ¿Recuerdan que les dije que les presentaría a Ray?

Mientras ambos asentían finalmente llegaron donde el azabache causante de las mariposas en el estómago de Emma.

Ray realmente parecía un gruñón en toda regla, brazos cruzados, le molestaba en traje, se quejaba de la fiesta, todo era realmente muestra de su carácter personal, quizás una buena parte fue heredada de Isabella pero son detalles.

Emma no sabía de decir en esos momentos, simplemente se quedó observando al ojivioleta mientras su hermano mayor ya había saludo a dicho personaje, presentándole a su hermanita, misma que se ocultó tras Isabella sin esperar un segundo, aunque nuevamente salió de una manera algo más tímida para agitar su mano, saludando al chico.