Capítulo 10.

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Pero esta vez no iba a dejar que su cuerpo o su sonrisa lo conmovieran. Estaría loco si dejara que volviera a afectarlo.
Convencerla de que compartiera su cama y de que lo acompañara a unas cuantas cenas de negocios no había sido una buena idea. ¿En qué había estado pensando?

Sí, sí lo sabía. Había pensado en vengarse de ella por la manera en que lo había tratado de adolescentes.
Tomó otro sorbo del vino que llevaba tomando durante la media hora en que llevaba allí, satisfecho de que ____ no lo hubiera visto todavía. Quizá fuera cruel por su parte, pero no iba a levantar la mano para llamar su atención. Necesitaba todo el tiempo posible antes de tenerla a su lado de nuevo. Volvería a oler su perfume, su champú, volvería a ver su suave piel y recordaría su tacto y su sabor.

En contra de su voluntad, todo su cuerpo se tensó de deseo.
Maldita fuera su alma traidora por seguir deseándola.
No quería desearla. Quería castigarla por lo que le había hecho veinte años atrás y por lo que había pasado la otra noche.
Entrecerró los ojos, al sentir que la furia se apoderaba de él. Se estaba acercando a él, con una sonrisa en los labios. Podía imaginar los pensamientos de ________, preguntándose con qué se encontraría cuando llegara junto a él.
¿Se levantaría y le daría un beso en la mejilla antes de invitarla a sentarse a su lado? ¿O se mantendría frío y sin hablar mientras esperaban al resto de los invitados?

Apartó a un lado el sentimiento de culpa que trataba de convencerlo para que la perdonase, para que olvidara lo que había pasado la otra noche en la fiesta y permitiera así que su relación continuara por el mismo camino que había tomado la noche que había pasado en su casa.
Pero aquel barco ya había partido y su cabeza volvía a estar en su sitio.
____ era su amante hasta que su padre consiguiera arreglar las cosas en su negocio o hasta que ella decidiera que su trato había acabado. En cuyo caso, Louis compraría Suministros para Restaurantes Sánchez, tal y como había planeado en un principio.
Pero hasta que una u otra cosa ocurriera, tenía planeado sacar el máximo beneficio a su acuerdo.

_______ llegó a la mesa, sonriente, junto al maitre, que le sujetó la silla para que se sentara, dejando dos asientos libres para sus acompañantes. Dejó el bolso a un lado y asintió cuando el camarero le ofreció una copa del mismo vino que Louis estaba tomando.
______ sentía su corazón latir a toda velocidad, y sonreía tanto, que comenzaba a dolerle los músculos de la cara. Louis todavía no había dicho nada, con lo que cada vez sentía más nervios en el estómago.

-Hola -dijo ella.
El asintió, dando un sorbo a su copa.
-Me alegro de que me llamaras. O al menos que le pidieras a Nancy que llamara por ti -añadió.
Inclinándose hacia delante, bajó la voz e intentó tocar su mano. Pero antes de rozarlo, él levantó de nuevo su copa y se la llevó a los labios. Ella tragó saliva y retiró la mano.

Aquello no quería decir nada, se dijo ________. Sólo porque no le hubiera dicho nada todavía, no quería decir que estuviera enfadado con ella ni dolido por lo de la otra noche.
Quizá fuera que no le gustaba dar en público muestras de afecto. O que sus invitados a aquella cena de negocios llegaran en cualquier momento y se hicieran una idea equivocada.

-He estado intentando dar contigo -continuó ella, colocando las manos cobre su regazo y mirándolo a los ojos-. Louis, quiero hablar contigo de...
-Mira, aquí están -dijo él, interrumpiéndola-. Es un empresario muy importante y su esposa.
Ella abrió los ojos, sorprendida por el tono de su comentario. En todo el tiempo que había estado acompañándolo a cenas y eventos como aquél, nunca había dicho o hecho nada que lo avergonzara ni le había reprendido su comportamiento.

Aquello le pareció extraño. Pero quizá tan sólo seguía molesto por el comentario de Tisha. No podía culparlo, y como sentía que le debía una disculpa, decidió no dar mayor importancia a sus palabras.
Louis le presentó al matrimonio, y _______ se esforzó en conversar mientras pedían la cena y tomaban otra copa de vino. Louis se mostraba amable con el señor y la señora Hasslebeck, pero frío con ella. Por eso dio un respingo cuando sintió su mano deslizándose por el muslo.

Chantaje en el Dormitorio (Louis Tomlinson y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora