Capítulo 11.

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El estrechó aún con más fuerza sus manos y dio un paso al frente, mirándola fijamente a los ojos con la expresión más sincera que nunca había visto en su rostro.
-Te estoy diciendo que te quiero. Creo que te he querido desde que íbamos al colegio. Incluso después de lo que me dijiste en aquella fiesta de Navidad. Creo que no habría estado dolido y enfadado tanto tiempo si no hubieras significado tanto para mí.
Al oír aquellas palabras de su boca, su pulso de aceleró. Ella también lo quería, aunque sus sentimientos por él no habían despertado tan pronto.

-Pero ¿y lo que pasó el otro día con Tisha Ferguson-McDonald? No apruebo nada de lo que dijo, Louis, te lo prometo. No comparto con ella ni sus opiniones ni sus puntos de vista. Es una arrogante altanera.
Sentía la sangre hervir al recordar la escena con furia e indignación. Pero en lugar de mostrarse frío como había imaginado que haría, Louis sonrió y se llevó una de sus manos a la boca para besarla.

-Ya te lo he dicho -dijo en voz baja-, no me importa. Es cierto que me enfadé y que me trajo a la memoria los peores recuerdos que creí tener olvidados. Pero también me ha permitido darme cuenta que no eres como ella ni como las mujeres que estaban con ella. Quizá lo fuiste en su tiempo, al tratar de congeniar con ellas, tal y como me dijiste en Las Vegas. Pero todos hacemos tonterías de adolescentes.
Louis se inclinó y la besó en la comisura de los labios, antes de continuar.

-Te perdono lo que hiciste cuando tenías catorce años si tú me perdonas lo que te hice anoche. Pensé que, apartándote, podría recuperar el control de mis emociones y considerarte parte de un trato. No me daba cuenta de que eras mucho más que eso, de que me habías llegado al corazón -añadió, bajando la voz-. He tenido que estar a punto de perderte para ver las cosas claras.
_______ dejó caer los brazos mientras Louis levantaba su rostro, tomándolo entre las manos, y deseó que sus ojos no brillaran por las lágrimas que estaba conteniendo.

-Dime que no es demasiado tarde, _______ -susurró, acariciándole el pelo-. Dime que sientes lo mismo y que no lo he echado todo a perder por mi obstinación.
Por un momento, lo único que pudo hacer fue parpadear. Temía que si cerraba los ojos, toda aquella alegría se desvanecería. Todo parecía maravilloso, tal y como siempre había querido.

Pero temía que le rompiera el corazón. Temía confiar en él y volver a sufrir.
- ¿Y lo que Tisha dijo? ¿Qué pasa si nos la encontramos y se comporta del mismo modo en que lo hizo la otra noche? ¿Me lo echarás en cara? ¿Tendremos que pasar por esto mismo cada vez que alguien nos diga algo que no te guste?
Sus labios se tensaron unos segundos, antes de responder.

-No puedo prometerte que no me afecte o que me tenga de mal humor unos días. Pero no pagaré mis frustraciones contigo. Tan sólo te pido que tengas paciencia hasta que se me pase. Aun así, estoy seguro de mí mismo y no necesito la aprobación de nadie.
Louis acarició su pelo, pasándole un mechón por detrás de la oreja. -Podía haber tardado veinte años en darme cuenta, pero lo he hecho ahora y no lo voy a olvidar. Tan sólo te pido que me des una oportunidad para demostrártelo. Te quiero, _______, y quiero que te quedes conmigo, como mi esposa y compañera durante el resto de nuestras vidas. ¿Qué me dices, cariño? ¿Merece la pena el riesgo?
Sí lo merecía. Quizá su relación no fuera siempre fácil, pero mientras se quisieran y estuvieran dispuestos a hablar las cosas, _______ estaba convencida de que su relación funcionaría.

-Es difícil decirte que no -dijo ella, tratando de contener las lágrimas, y respiró hondo, procurando llenar de aire sus pulmones-. Y te quiero, así que la respuesta es que sí.
Una amplia sonrisa asomó al rostro de Louis. Su felicidad era contagiosa, y ambos comenzaron a reír
Ella besó de la manera más apasionada que podía recordar, y ella lo rodeó por el cuello.

Se apartaron, respirando entrecortadamente.
- ¿Es eso un sí? -preguntó-. ¿Te casarás conmigo?
-Sí -dijo ella, incapaz de ocultar la felicidad que sentía.
Entonces, alargó la mano y lo golpeó en el estómago.
Louis gruñó, dando un paso atrás y llevándose la mano al estómago.
-Pero me reservo el derecho a darte una bofetada si te pones tan grosero como anoche.

-De acuerdo -dijo, tomándola de la cintura-. Completamente de acuerdo. Pero te prometo que no volveré a comportarme como lo hice anoche en el restaurante.
Ella ladeó la cabeza y enarcó una ceja.

-OH, no lo sé. Tampoco estuvo tan mal. Nunca más podré volver a lavarme las manos en un aseo público sin que ciertas imágenes acudan a mi cabeza.

-Bueno, futura señora Tomlinson. Creo que eres un poco traviesa.
_______ sonrió y se estrechó contra su cuerpo.

-Qué puedo decir? Últimamente he practicado mucho y he aprendido del mejor.
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Esta parte tan tierna me hace llorar, mmmm....
Espero que les guste mucho tanto como a mi.

-besosxoxo

Chantaje en el Dormitorio (Louis Tomlinson y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora