CAPITULO 27

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A las 4:30 de la mañana estamos saliendo del departamento y montamos todas las maletas en el maletero para después meternos en el coche y emprender camino a él aeropuerto.

Tardamos más o menos una hora y cuando llegamos dejamos el coche en el apartamento privado.

Nuestro vuelo sale a las siete pero hay que estar varias horas antes asiq ue mientras tanto noss entramos y dejo mi cabeza en el hombro de Asher y cierro los ojos.

Nos quedamos dormidos unas dos horas y cuando nos despertamos solo faltan media para vuelo así que escribo a la pareja y mis tíos y empezamos hacer facturar maletas y demas.

A las siete menos diez ya estamos entrando en el avión y me pongo en el lado de la ventanilla.

—¿Eran quince horas, verdad? —me pregunta Asher y asiento.

—Creo que llegaremos más o menos a las diez. ¿Avisaste al dueño del apartamento de Noruega? —le pregunto.

—Si, le he mandado un mensaje diciendole que ya salía nuestro avión.

Asiento y me recuesto en el asiento. Miro el cuelo y veo que ahora está amaneciendo.

Asher deja caer su cabeza en mi hombro y le miro.

Tiene sus ojos cerrados y se ve adorable. Sonrió y le doy un beso en los labios que hace que abro un poco los ojos.

—Dame la mano —me pide y lo hago.

Entrelazó mi mano con la suya y beso mis dedos.

Acaricio su rostro y vuelve a cerrar los ojos. Trato de mantenerme despierta pero a los pocos minutos me quedo dormida.

Nos despierta una azafata diciendo que nos van a traer el desayuno y bostezo.

Le doy una sonrisa a la chica cuando deja la comida y miro el desayuno.

Hay un zumo de naranja, un montado de jamon y queso y unos huevos revueltos.

—Bueno, no tiene tan mala pinta, ¿no? —preguntl a Asher y mira el plato con poca confianza.

—No se yo, seguro que está envenenado —dice y río.

—Calla y come —le digo y empeiza a comer como un niño pequeño.

Cuando nos quitan el desayuno son las once de la mañana y todavía nos faltan más de diez horas en avión.

Esto va a ser largo.

Las siguientes cinco horas las pasamos hablando, comiendo y hablando. Hasta que a las seis de la tarde me entra sueño y me quedo dormida otra vez.

Me despierto a las siete y pico de la tarde y veo que Asher está dormido.

Decido poner una película y pongo una de acción.

Me pongo los cascos y me pongo a ver la peli hasta que Asher se despierta y me propone jugar al Mario kart con las maquinitas que vienen en el avión.

Nos picamos un poco entre los dos y me acabo picando cosa que a Asher le causa gracia.

Me voy al baño y me mojo la cara para despegarme ya que me estaba agobiando un poco.

Cuando vuelvo al sitio Asher sigue jugando y yo decido ver otra película.

Y así me pasó hasta las nueve de la noche cuando nos dan la cena.

—¿Que clase de comida es esta? —pregunta Asher con cara de asco y le pegó en el abdomen.

—Asher, deja de quejarte —le regaño.

—¿Tu has visto esto? Estoy seguro que está mejor la comida de perro

Cojo con el tenedor un trozo de carne y se lo acerco a la boca.

—Abre —le pido y fruce sus cejas.

—¿Sabes que no soy un bebé? —me pregunta.

—Pues lo pareces, deja de quejarte y come —le digo y se enfada como si tuviera cinco años.

Después de la cena decidimos dormir y aprovechar que queda una hora de vuelo.

Me despierta la voz de la azafata y me estiró como puedo.

—Ya hemos llegado —me dice Asher y asiento.

Veinte minutos más tarde estamos saliendo del aeropuerto de Noruega y pidiendo un taxi para que nos lleve a
Gudvagen, un pueblo de Noruega.

Nos montamos me el taxi y una hora más tarde mis ojos se abren al ver lo bonito que es.

Todo está rodeado de naturaleza y de montañas, al entras al pueblo me fijo que todo es precioso y lleno de naturalez. Le decimos al taxista la calle y asiente.

Cinco minutos más tarde aparca y le pagamos antes de que se vaya.

Miro todo a mi alrededor y esto es una auténtica maravilla. Miro al frente y veo la casa.

La cacasa es toda de color rojo, con dos platas y es de madera. Detrás de la casa hay una especie de lago precioso y detrás el paisaje es todo montaña.

A pesar de que es de noche se ve todo a la perfección y es increíble. Para ir la casa hay que cruzar una especie de puente de madera y luego girar a la derecha.

Asher coje la llave debajo del felpudo, abre la puerta y lo primero que se ve es el salón con la cocina y la izquierda de la puerta de la entrada un pasillo que llega a todas las habitaciones y cuartos.

—Esto es precioso —le digo Asher y le miro.

—Totalmente de acuerdo —dice y sus ojos brillan.

—Creo que hemos escogido bien el lugar —digo y asiente de acuerdo.

Vamos por el pasillo y la derecha está el baño. A la izquierda una habitación y al final otra.

Entramos en la primera habítacion y dejamos las maletas. Anda hasta la venta y desde luego que las vistan no tienen desperdicio. Da la visita del lago junto a las montañas llenas de nieve.

Decidimos acostarnos a dormir ya que aquí son siete horas de diferencia y ahora a mismo son las cinco de la mañana y en San Francisco las diez.

Pero antes de dormir escribimos a nuestras familias y a la pareja y me sdeucmos que ya les escribimos mañana que aquí en muy tarde.
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Así es como me imagino la casa por fuera, más o menos

Así es como me imagino la casa por fuera, más o menos

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