capítulo 11: Quedando solo yo.

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Kion

Fue aún más difícil escapar esta vez. Pero logré salir de la roca del rey y correr donde la felina dormía.

Pero al escuchar voces y ver felinas a la distancia, me oculté. Reconocí algunos susurros ya que agudicé mi sentido de audición y pude distinguir las voces de algunas leonas. Por qué están aquí a estas horas?*

Fuli

Kion sabía dónde encontrarme. Así que dormía plácidamente bajo el árbol frutal solitario. Estaba tranquila sabiendo que por estos lares no pasean animales nocturnos, mucho menos estando tan cerca de la roca del rey.

Pero de un empujón alguien me hizo rodar y me levanté alerta en posición de ataque, me encontré a nada menos que a tres leonas, las cuales ya no formaban parte de la competencia, quedaron eliminadas en la primera ronda.

Pero de un empujón alguien me hizo rodar y me levanté alerta en posición de ataque, me encontré a nada menos que a tres leonas, las cuales ya no formaban parte de la competencia, quedaron eliminadas en la primera ronda

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- que quieren? - dije ante la insolencia de despertarme. No saben que el suelo es sagrado?

- que no te presentes. - dijeron guñiéndome posicionándose en ataque como yo. - nos estás humillando. Eso es lo querías no? Humillarnos a todas y quedarte con el papel de reina. -

- no necesito humillarlas. - dije sonriendo satisfechas de poder lastimar su egocentrismo. - ustedes mismas se humillan al no ser capaz de ganar a una chita... No es mi culpa que sean una leonas de pacotilla. -

- te arrepentirás, huérfana. - dijo una de ellas hacercándose para atacar. Me rugió levemente y yo le gruñí en respuesta. Esto se hubiera convertido en una injusta pelea de felinas; una contra tres, pueden creer lo cobarde que son? Pero llegó el principito a tiempo.

- que es esto? -

Todas habrimos los ojos sorprendidas y nos levantamos olvidando nuestro deseo de atacarnos, yo porque ya no me era necesario defenderme, y ellas avergonzadas por ser vistas de esta forma.

- príncipe Kion -
- alteza. -

- solo era una conversación. - defendió una mientras las tres bajaban sus cabezas.

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la guardia del león: travesura de felinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora