Parte 5
El día del segundo encuentro con el padre de Draco, estuvo lleno de sorpresas, principalmente porque no soy casi atropellado o regañado en público.
No había trascurrido muchos días de haber puesto nombre a lo que tenía con Draco, las cosas solo había ido mejor y mejor. Tal vez, unas dos semanas alcanzábamos. Éramos dos jóvenes, enamorados completamente. Los mensajes no faltaban, las horas hablando cuando nos llamábamos, tampoco. Los besos, cuando nos veíamos, eran lo principal.
Por el mismo hecho de que no había pasado mucho, es que no habíamos hablado acerca de presentarnos a los padres, mucho menos a su padre, la conversación no estaba ni cerca.
Aquel día, la temperatura era baja, era una época tan fría que la cafetería en la cual trabajaba se llenaba. Había horarios en los que solo venían estudiantes, mujeres u hombres. Todos buscando un café caliente que descongele su cuerpo, un lugar con calefacción que derrita su sangre congelada.
Esa tarde, estaban llegando algunos hombres, a la salida del trabajo, pasaban a recoger un café, se sentaban a beberlo con algún compañero de trabajo y conversaban sobre su día o sus problemas, en ocasiones sobre sus jefes.
Había estado atendiendo el mostrador cuando lo vi ingresar al café, junto con otro hombre. Me quede de piedra, lo recordaba bien, era el padre de Draco y estaba allí a unos pasos de mí, acercándose. Me había convertido en un niño que deseaba salir corriendo, pero me había recordado que era hombre y estaba enamorado de Draco, un padre protector no lograría alejarme de él. Cuanto más se acercaba hacia el mostrador, más pequeño se sentía el café e incluso el aire no parecía suficiente para respirar, pero parecía ser solo yo con esos síntomas.
— Buenas tardes—salude cuando llego.
— Buenas tardes—saludó él y me quedó observando un momento, vestía un traje y un abrigo arriba, el otro hombre también saludo—. Dos americanos—ordenó y yo me aleje para preparar su orden. No había estado muy lejos de donde ellos estaban conversando, había podido escuchar fragmentos de la conversación.
— No me equivoco, se que esta con alguien, pasa horas hablando por celular, mandando mensaje con una sonrisa que no se le va del rostro—lo escuche quejarse.
— Y si esta tan feliz... ¿qué es lo que te molesta?
— Me molesta que no presente al chico, si parece que lo hace tan feliz, me molesta que tenga un novio que no conozco... ¿Por qué no lo conozco?
— ¿Por qué tu hijo está asustado de que asustes a su novio?
— ¿Cómo podría asustarlo? Tenemos una buena relación, creí que sabía que podía hablar conmigo, confiar en mí.
— Amigo, lo proteges demasiado, le dices todo el tiempo que no quieres verlo con cualquiera, cada vez que tienes la oportunidad lo llevas y traes de la escuela, no es un niño. Es un adolescente, varón, que sabe cuidarse... ¿Qué si el chico tiene un novio? Genial por él, es un lindo chico, no puedes esperar que nadie lo mire.
— No quiero que nadie lo mire. Draco es mi hijo menor, es mi pequeño, no se suponía que fuera así, pero lo es, y es indispensable cuidarlo, es delicado, es sensible, los chicos pueden herirlo...
— ¿Has hablado de esto en tus consultas con la psicóloga?
— Si.
— ¿Qué ha dicho?
— Que Draco no es una mujer, que es un hombre y sabe cuidarse, que debo darle su espacio. Que incluso si fuera mujer, no lo haría delicada y sabría cuidarse igual, porque tiene carácter.
— ¿Y?
— Y le he estado dando su espacio, no lo recojo ni llevo a la escuela todos los días, le permito hablar libremente por horas con ese chico que ni siquiera menciona.—Dale tiempo. Hoy en día los adolescentes son así, no tienen nada serio, por eso no lo presenta. Si es importante, lo dirá, sino solo pasara y las llamadas dejaran de suceder.
—Sí, pero mi hijo no es así, es la primera vez que actúa así. Ha tenido chicos que lo llamaban, les ha cortado sin importarle quienes son.
Me había acercado lentamente a su mesa con la orden, la mirada baja y mi corazón palpitando en mi pecho. No me había hecho falta escuchar el nombre de Draco, para saber de quién hablaba.
Y ahí había estado yo, entregándole el café a mi suegro, quien sabía de mi existencia, pero no me conocía realmente. Él me volvió a observar y yo me aleje a atender otras personas, pero aun seguía escuchándolos.
— ¿Tu esposa que dice?
— Dice que me relaje, que si él está feliz...
— Entonces relájate, hombre.
— Solo... solo quiero conocer a este chico.
— El café te hará bien, iré al baño y regreso.
Había visto como el amigo se alejaba camino a los baño. Observe al hombre, padre del chico que comenzaba a amar más y más, lo vi con una expresión de completa preocupación, algo de tristeza y confusión. No tenía idea en ese momento si Draco sabía algo de cómo estaba su padre, pero desde temprano había sabido que lo quería muchísimo. Y yo no podía ver así al padre. Creo que lo pensé menos de dos segundos, actué por impulso, muy mal de mí, soy algo impulsivo, siempre lo fui y debo, hasta el día de hoy, tratar de no serlo.
— Hola—lo había saludado acercándome de nuevo. Levanto su vista y me observó un momento, entonces sonrió.
— Hola.
— Usted no me conoce, pero...
— ¿Qué no te conozco? Chico, te recuerdo, casi te atropello—entonces lo había visto reír. Estaba bastante sorprendido de que me recuerde.
— Bueno, sí, no pensé que me reconociera—reí nervioso.
— Claro que lo hice, pensé que tú no me reconociste... ¿En verdad nada te sucedió?
— No, claro que no.
— Qué bien, en verdad me asuste, tengo un hijo de tu edad, fue...
— Un año más—lo había interrumpido estúpidamente.
— ¿Cómo dices?
— Que en realidad, yo tengo un año más que él, tal vez un poco más.
— ¿Y tú como sabes...?
— Me llamo Harry, soy el novio de su hijo—estire mi mano ofreciéndola en saludo. Él solo me quedo observando un largo momento.
— ¿Hablas en serio?—preguntó aun sorprendido, viendo de mi rostro a mi mano.
— Sí, señor.
— ¿Eres el novio de Draco?—había preguntado en el momento que su amigo llega y también me observa sorprendido.
— ¿Eres el sujeto que hace feliz a su hijo?—me había preguntado.
— Ese soy yo—mi voz había salido con total seguridad.
— Genial— sonrió enormemente y un segundo después miró al padre de Draco—. ¡Amigo!—exclamó dándole una palmada en la espalda—. No seas desubicado y saluda al chico que junto el valor para presentarse—él me miró fijamente, de una manera diferente, me había estremecido, un temblor recorrió mi cuerpo.
— Yo no debí frenar el auto—me gruñó antes de darse la vuelta y salir del café.
— Oh, infiernos—me lamentaba con mi rostro escondido entre las palmas de mis manos.
— Tranquilo, chico, solo esta procesándolo—el amigo me pago los café y con una sonrisa, tratando de animarme, se marcho tras su amigo.
Yo estaba devastado, sabía que no lleve la cosa bien, había perdido la oportunidad de ganarme al suegro o eso creía, incluso podría perder a Draco. Pensando en él, supe que debía llamarlo y decirle la estupidez que había hecho.
— Draco...
— Harry, no puedo hablar ahora, estoy en clase.
— Lo sé, se tu horario. Es solo que hice algo malo—silencio—. ¿Draco?—había preguntado.
— ¿Me engañas?
— ¿Qué? ¡No, claro que no! —lo escuche suspirar de alivio.
— Entonces, lo que sea puede esperar...
— Vino tu padre al café.
— ¿Qué?
— Vino tu padre a beber un café aquí, yo lo atendí y él me recordaba. Yo se lo dije, Draco, le dije que era tu novio. Estaba hablando de ti con su amigo, le decía que sabía que tenias un novio y que solo quería conocerlo... me presente—silencio de su parte—. No lo tomo nada bien, creo que me odio, maldición, Draco, yo no quería que fuera así... lo siento.
— Cálmate—me había pedido con una suave voz—no te alteres ni te preocupes, lo que hiciste fue lo mejor.
— ¿Cómo puedes decir eso? Me dijo claramente que no debió frenar ese día—había exclamado alterado.
— Amor—me habló y yo me quede en silencio—no te preocupes, ira todo bien, presentarte cuando él te recordaba y estaba hablando de nosotros... fue lo mejor, si se lo decíamos en otro momento y aun te recordaba, entonces hubiéramos estado en problemas.
— Pero él parecía odiarme, perdí la oportunidad de ganarme al suegro Draco, me odia... no era mi deber decírselo.
— ¡Hey, dije que te calmes! Estoy feliz de que hayas sido valiente y te hayas presentado, en cuanto llegue a casa hablare con él, lograre calmarlo y explicarle. Mantente tranquilo y no te tortures por ello, todo va a ir bien. Te tengo que dejar, debo volver a clase y recuerda, hiciste muy bien—él corto y yo no pude estar calmado, termine mi día de trabajo nervioso, ansioso, aterrorizado.
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Mi persona favorita (Versión Harco)
FanfictionPrimavera, verano, otoño... son estaciones que realmente me gustan. No puedo decir lo mismo del invierno, es una época tan fría que la creo triste y molesta. Molesta, por toda la cantidad de ropa que uno debe llevar, triste por el oculto o falso sol...