¡Mi Shizun piensa que soy un inútil!

Capítulo 6: Una vez más, una vez más, qué más

Tras un momento de seria divagación entre el vestido rosa y el vestido blanco, Gong Zheng Yu siguió eligiendo este último como solución.

Aunque Gu Qing Han le había prometido que iría a la Tierra al día siguiente, aún no sabía si sería capaz de encontrar a la persona que quería encontrar, así que esa noche aún intentaría suicidarse por 110ª vez de nuevo mientras la noche aún estaba avanzada.

Gong Zheng Yu no tuvo sueño hasta que esperó un buen rato, pero Gu Qing Han seguía sentado en el futón, como si fuera a meditar y cultivar hasta el amanecer.

Miró fijamente la cara lateral de Gu Qing Han durante un rato, estiró un dedo y lo agitó delante de sus ojos, al no ver ninguna reacción de la otra parte, se levantó cautelosamente y salió de la casa.

"¿A dónde?" El hombre habló en voz baja.

Los pasos de Gong Zheng Yu no se detuvieron mientras decía despreocupadamente: "Al baño".

Cuando el hombre dejó de hablar, Gong Zheng Yu lo tomó como un sí, así que ya no tuvo que tener cuidado, y cerró la puerta de bambú con fuerza  y se fue felizmente, Corriendo a los acantilados en el borde del pico.

La luna colgaba de las copas de los árboles como si estuviera al alcance de la mano, y toda la secta Xuanqing podía verse desde lo alto del acantilado, así que si perdía pie y caía por el precipicio, se haría pedazos, y ni los dioses podrían salvarle.

Gong Zheng Yu se alegró mucho cuando atravesó el bosque de bambú y vio un pequeño arroyo al final del cual había una cascada del acantilado.

    ¡Bum...!

Justo cuando iba a correr hacia el borde del acantilado, su frente chocó de repente con una capa de suavidad, haciéndole rebotar de nuevo.

El límite sólo se hizo visible cuando se activó, un resplandor blanco plateado que fluía débilmente a la luz de la luna, una burbuja de agua que envolvía la cima del Pico Jinshui, aislando de todos la peligrosa cara del acantilado, y ocultándose de nuevo cuando nadie la tocaba.

"¡Gu, Qing Han!" Gong Zheng Yu rugió, su rostro incomparablemente feo, lamentando haber alejado a Jiang Shu Quian.

¡Este de apellido Gu era realmente mucho más difícil de tratar que su discípulo!

No había árboles grandes y gruesos en el Pico Jinshui, y el bambú era todo fino, incluso la única casa de bambú que podía considerarse dura, temía que una vez que una persona la golpeara, la persona estaría bien, pero en lugar de eso se desmoronaría, y Gu Qing Han no le dejó ninguna espada afilada ...... Casi todos los callejones sin salida estaban sellados.

Aparte de ahorcarse y asfixiarse, sólo quedaba una forma de morir, morir de viejo.

¡Bien podría haber sido una batalla de ingenio con Jiang Shu Quian en primer lugar!

Gong Zheng Yu volvió furioso a la casa de bambú, abrió la puerta de una patada, respiró hondo dos veces y le señaló: "¡Bien, eres bueno! ¡Recordare lo de hoy y me vengaré! Será mejor que me vigiles el resto de tu vida no me dejes morir, ¡o simplemente volare en pedazos al mundo del cultivo cuando regrese !"

Gong Zheng Yu soltó estas palabras y volvió a dar un portazo.

Las pestañas de Gu Qing Han temblaron y abrió lentamente los ojos, sus ojos ámbar mostrando un poco de duda, su palma ligeramente extendida, dentro de la cual yacía una semilla azul acuosa de la Hierba de Vida Espiritual.

¿Quiere decir el antepasado que esta persona es la única que puede reparar la grieta en el cielo, o ...... le permite usar a esta persona para el cultivo doble, y atravesar el reino y martirizarse con su cuerpo ......

Gu Qing Han suspiró y volvió a guardar en su bolsa Qiankun las semillas de Hierba de Vida Espiritual que había refinado durante medio día.

Al día siguiente, el día estaba a punto de amanecer y el cielo se había vuelto blanco, cuando Gong Zheng Yu regresó de una fría noche en el exterior.

Pasó junto a Gu Qing Han sin decir palabra y, con la cara apestada, sacudió la ropa pulcramente doblada y directamente se quitó la ropa sucia que llevaba y se la cambió.

Su tono era frío y duro: "Tú, llévame a la tierra".

Viendo que la otra parte seguía meditando con los ojos cerrados, pero sus párpados se movían aparentemente no sin escuchar sus palabras, Gong Zheng Yu maldijo y apretó los dientes, capaz de doblarse y estirarse: "Shizun, llévame a la tierra."

Gu Qing Han abrió los ojos y sacó las semillas azules de la Hierba de Vida Espiritual que había terminado de refinar y estaba seguro de que eran tan "mansas" que no serían rechazadas por el huésped, y levantó los ojos para mirarle.

La sensación de haber sido electrocutado ayer todavía parecía estar allí, y una vez que esta semilla entrara en su dantian, echaría raíces y se convertiría en una hierba, lo cual era doloroso y picaba.

Estaba a punto de salir corriendo sobresaltado, pero la rápida mano de Gu Qing Han lo tomó por la parte posterior de su cuello con dos dedos y tiraron de él hacia atrás.

"Inténtalo una última vez". Dijo el hombre tranquilizadoramente.

Gong Zheng Yu se negó apresuradamente: "Una vez tras otra, tantas veces ... ¡oh, Dios mío!"

Parecía doler casi tanto cuando se golpeaba por la espalda como por el abdomen, y una vez que la semilla entraba en el dantian empezaba realmente a derramarse y a echar raíces como un caballo salvaje sin correa,
aferrándose  fuertemente al dantian.

Pero esta vez no fue tan doloroso como la última vez, sólo dolió un poco cuando se clavó por primera vez, y las semillas sólo picaron un poco mientras echaban raíces.

Gu Qing Han enganchó una mano en el cuello trasero de la camisa del joven y lo frotó suavemente con una mano justo en la parte posterior de su cintura, envolviendo una capa de energía espiritual alrededor de su palma para calmarle el dolor.

Después de una barrita de incienso, Gu Qing Han preguntó: "¿como te sientes?".

Gong Zheng Yu dijo sinceramente: "Tengo el estómago un poco adolorido".

Gu Qing Han asintió, y la mano que frotaba su espalda cambió a frotar su estómago, la energía espiritual le calentó, y la sensación de plenitud se disipó gradualmente bajo su masaje. Gong Zheng Yu pensó, en el futuro cuando el mundo de cultivo se haya ido, le perdonaré la vida a regañadientes y lo traeré de regreso al reino demoniaco. Para que me ayude a digerir la comida esa técnica es muy buena.

"Muy bien, llévame a la tierra". Estaba un poco impaciente, y había luz en sus hermosos ojos .

    "Vamos."

Las cejas de Gu Qing Han se estiraron y su tono llevaba algo de dulzura tranquilizadora, no tan frío e inabordable como al principio.

Sacando la espada.

Gong Zheng Yu tiró apresuradamente de su manga y se levantó, la larga mano del joven, como de jade, agarró su hombro con fuerza: "¡Ve rápido, estoy listo!".

Gu Qing Han se sintió débilmente impotente, con un movimiento de su mano la espada se elevó en el cielo.