CAPÍTULO 2: NICO

33 7 5
                                    

A ver desde que me preocupe tanto por Livia he empezado a sentir algo, un sentimiento, algo nuevo sobre Livia. Después de que me gritara porque se sabe cuidar sola me sentí muy orgulloso, pero ahora no soy capaz de hablar con ella.

-Hola Nico- Dijo Livia, no la vi venir.

-Hola, ¿Qué tal por casa?

Estábamos en la puerta de la escuela.

-Bien, bueno, seguimos en las mismas condiciones. Pero vamos mejorando.

-Me alegro. Algo es algo, no?- dije, estaba muy nervioso, y no sé por qué, si solo estoy hablando con Livia- Por cierto- La agarre del brazo porque ya se iba- Te apetecería quedar esta tarde?

-Sí, me encantaría, pero no te me pongas como la última vez. Quedamos como amigos.

-Sí, perdón- me sonrojé- Bien, pues quedamos delante de mi casa, te va bien?

-Perfecto.

Luego vi a Livia irse corriendo hacia sus amigas para contárselo.

Cuando me di cuenta ya era por la tarde, eso significaba que iba a quedar con Livia, y no sé por qué estaba tan nervioso si le pedí yo. Cuando acabaron las clases me fui a mi casa y me cambié de ropa, y baje al encuentro con Livia.

Primero fuimos a comer a un bar que había cerca de mi casa. Mientras comíamos estuve charlando con Livia.

-¿Oye Livia, te apetece que demos un paseo cuando acabemos?

Vale- respondió mientras seguía engullendo.

Y así fue, acabamos y fuimos al parque a dar un paseo. Cuando la miraba me parecía la mujer más hermosa del mundo, y que yo solo existía para ella. Hubo un momento en que le rocé la mano y justo antes de que acabara, le cogí la mano y ella respondió de buen gusto. Nos quedamos un rato cogidos de la mano mientras caminábamos, pero luego se acabó esa felicidad que tenía, porque Livia dijo:

-¿Qué tal si nos sentamos un rato? ¿Qué tal en ese banco?

-De acuerdo- respondí

En ese instante se me hizo la luz y me revelé.

-Oye Livia, tenemos que hablar- me pise rojo como un tomate- Tengo el presentimiento de que esta quedada está siendo algo más que de amigos.

-¿Cómo? Oh, venga ya, no me vengas con esas Nico.

-Déjame explicarte, a ver, en realidad esta quedada iba a ser una cita, pero me daba demasiada vergüenza decírtelo.

-Aaayy, Nico, tenías que arruinarlo.- me dijo con tono un poco vergonzoso, creo que me está ocultando algo.- Para mí también es como una cita, de hecho te lo quería pedir desde que te preocupaste tanto por mí, pero no estaba muy segura. Y me falta una cosa, creo que me gustas.

-Tú también me gustas Livia, y mucho- me sonrojé, igual que Livia- Yo sentí que debía cuidar de ti y por eso te dije lo que te dije.

Justo cuando acabe, sentí que algo tenía que hacer. Le cogí el rostro y la besé suavemente, ella me lo respondió.

-Livia te conozco desde que eras pequeña, y sé perfectamente que eres una persona maravillosa.-Le mire a los ojos y pase un brazo por detrás de ella y me cogió la mano.- Siempre cuidaré de ti, en lo bueno y en lo malo.

-Gracias Nico.

Le acaricié la mejilla con la yema de mi dedo de la mano que me quedaba libre. Y la abracé con todas mis fuerzas para no soltarla jamás, para fundirnos en el abrazo. Cuando acabo le toque el pelo suavemente, ella me miro a los ojos, en ese momento supe que mi corazón latía por y para Livia. Y sin darme cuenta me besó, con más pasión que yo, le rodee la cintura con mis brazos, y ella con los suyos alrededor de mi cuello. Luego nos volvimos a abrazar, y así nos quedamos, fundidos en un abrazo, pensando que ninguno quería que ese abrazo acabase nunca. Sin pensar en las demás personas ni en nadie, solo en nosotros. Entonces yo le susurré al oído:

-Siempre estaré contigo, Livia.

-Yo también, Nico.

---------------------------------------------------------------

Que tal? Les gusta, espero que sí, probablemente actualice durante estos días ya que tengo bastante tiempo libre.

Peace & Love.









Los días que pasé contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora