Nos vemos en la fiesta

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- ¿Y bien? ¿acepto?.- preguntò Stan a Luther en cuanto lo vio salir del cuarto donde estaba Diego. Cambio su expresiòn cuando vio las condiciones en las que se encontraba.- espera ¿por què estan tan despei-? ¡ooooh, por Dios! ¡papà! 

- ¡Stan, no es lo que crees! 

- ¡Si, si es lo que creo! 

- Oye grandulón.- cantureo Diego saliendo del cuarto sin camisa y claramente agitado.- ven que te daré tu regalo de bodas.. ¿¡Stan!?

- A-al menos d-dijo que sí.- dijo Stan muy traumado y rapidamente cerro los ojos antes de desaparecer del pasillo y aparecer junto a Cinco que tenía la mirada directamente al suelo.- ey viejo ¿estas bien?

- No volvere a entrar al cuarto de mis padres sin tocar. 

- ¡Puaj! Me paso lo mismo.- se cubrió los ojos irritado de esa imagen. 

- ¿Qué les paso?.- pregunto Claire llegando hasta ellos.- estaba con el tío Victor ideando como decoraremos el salón. 

- Solo somos nosotros, no debemos acaparar tanto espacio. 

- Pero si los tíos Sparrow y el abuelo vendrán también. 

- ¿¡Qué!?/ ¿¡Estan locos!?

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En la academia Sparrow Reginald recibía una inusual invitación por parte de sus "otros hijos". 

- Por medio de la presente, se le solicita su presencia en el hotel Oblivion el día de mañana a las 19 hrs... vaya que son terribles escribiendo una invitación ¿qué acaso no saben hacerlo? 

Se sentó en su cosstoso y cómodo sillón, a su lado estaba Grace escuchando lo que decía la invitación. 

- ¿Me preparo para ir a la ceremonia, cariño?.- pregunto amablemente a su esposo.- ¿quisiera que le prepare la ropa? 

- Mmm esto no se cuentes a Ben ni a nadie, Grace.- dijo parandose y tomando su abrigo.- me he portado muy grosero con esos muchachos y encima, ellos me siguen viendo como su padre.- se dirigió a la salida de la habitación. 

- ¿A donde ira, señor? 

- Bueno... No puedo ir a una boda sin llevar un presente.- dijo con una sonrisa poniendose el sombrero y tomando el paraguas. 

Entre las calles se encontraban Allison, Claire, Víctor siendo Cinco y Stan quienes cargaban las bolsas de vestidos y los trajes de sus padres. 

- ¿Qué falta? ¿qué falta?.- se preguntaba Allison tomando de la mano a Claire que iba comiendo un helado.- ¡oh, cierto! El vino de la fiesta. 

- ¿Podemos tomar también?.- pregunto esperanzado Stan. 

- Seguro, solo hay que pedirle permiso a Diego.- respondió la morena con una sonrisa divertida. 

- Oh, por favooor tía Allison.

- Jajajaja veremos que se le puede hacer. 

- Allison, no.- dijo Victor riendo. 

Entraron a una tienda vinos donde no tenían que pagar nada, solo era Allison usando ssu poder para obtener todo gratis. Al fin y al cabo, ella era la madrina de la boda. 

- ¿Podemos pensar en algo más importante?.- dijo Cinco claramente frustrado dejando las bolsas abajo por fin tomando un respiro.- Invitaron al abuelo ¡de esta línea de tiempo! ¿que les hace creer que justo ahora estará buscando un lindo regalo para nuestros padres y no buscando la forma de matarnos? 

- Es el mejor vino del mercado, señor Reginald. Estoy seguro a sus hijos les gustara.

- Excelente, gracias buen amigo. 

Al girarse Reginald miro cara a cara a sus hijos y a sus tres nietos. 

- E-eh ¿qué hacen aquí? 

- V-vinimos a comprar.. ¿irás a la fiesta, papá?

- Sería muy grosero de mi parte no ir. 

- Pues yo considero más grosero ¡el casi asesinar a mi familia!

- Cinco, por favor ya cálmate. 

- No estaba en mis manos aquello, jovencito. Sin embargo creo que fue tu... madre quien me hizo pensar y reconsiderar las cosas. 

- ¿Ah, sí? Klaus te cambio de pensamiento ¿acaso me crees idiota? 

- Lo discutiremos mañana en la fiesta.- se hizo paso hasta quedar justo al lado de Claire.- a ti no te conocía ¿cual es tu poder?

La niña sonrió emocionada.- ¡Puedo hacer lo que hace mi mamá!.- miró al señor de la tienda que guardaba el dinero en la caja.- me darás el dinero de la...

- ¡Claire!.- regañó Allison antes que la niña terminara de hablar e inmediatamente anuló la petición. El señor parpadeo un par de veces antes de seguir con lo que hacía. 

- Lo siento.- se disculpó de inmediato.- jejeje. 

- Increíble.- dijo Reginald fascinado. Cinco no confiaba mucho en su "abuelo", pero no tenían mucho que hacer al respecto.- nos vemos en la fiesta, niños. 

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