Cap. 15

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Un cambio de escena.
Regulus muestra leves temblores y es incapaz de mirar a sus padres a la cara.

- Sirius se fue -

Es un breve segundo, pero la sorpresa se pudo notar en los rostros de ambos padres.

- no pude detenerlo... Lo siento -

- retirate, Regulus - ordena Orión sin expresión, el nombrado solo obedece.

Walburga corre en dirección de la habitación donde se encuentra el tapiz del arbor familiar.

- ¡Walburga! - Orión intenta detenerla pero cuando finalmente llega ella apunta la imagen de Sirius con su varita y está comienza a oscurecer, dejando solo una mancha.

- ¡No voy a permitir que lo traigan de vuelta! - grita con fuerza.

Walburga cubre su boca con espanto, su corazón se acelera debido al miedo. Sirius siente su pecho doler, sabía lo que su madre había hecho en el tapiz, pero verlo era algo que enserio le afectaba.

- ¿Que hiciste?, Así no regresara jamás - Orión reprocha - ¡Es mi hijo, mierda! -

- ¡¿Sabes lo que le harán si alguien lo encuentra?!, ¡¿Si se enteran que se ha ido?!, ¡Tú madre sigue viva!, ¡No le tocará un solo cabello a mi hijo! -

- ¡Yo mismo la mantendría alejada! -

- ¡Eso no iba a detenerla!, ¡Conoce la mansión incluso mejor que nosotros, podría llevárselo y castigarlo sin que nos dieramos cuenta! -

- ¡Entonces yo mismo la hubiera asesinado! -

- ¡¿Y de que sirve?, Si ya hubiera lastimado a Sirius! -

Finalmente dejaron de gritar, ambos suspiraron con frustración, la chica contenía su llanto.

Regulus y Sirius no caían del asombro, ¿Eso era lo que realmente pensaban sus padres?
No podían creerlo. Era totalmente imposible.

La mujer no pudo aguantar más y callo de rodillas al suelo mientras un grito escapaba de su garganta, Orión se apresuró en cerrar la puerta y cubrir la habitación con un hechizo de silencio, se arrodilló junto a su esposa y la abrazo mientras ella se aferraba a él de una manera casi desesperada, ambos eran el ancla del contrario, ambos se ayudaban a mantenerse fuertes para sus hijos.

- mi bebé - lloraba Walburga - ¡Mi bebé, Orión!, ¡Mi bebé se fue!, ¡Y me odia como no tienes idea!, Es mi culpa -

Orión le dió su tiempo para desahogarse, la escucho gritar y maldecirse así misma por ser una mala madre, cuando finalmente comenzaba a calmarse decidió hablar, tratar de consolarla.

- Sirius estará bien, es seguro que ya tuviera un lugar al cual ir. Le mandaremos dinero con Alfhard cada mes, nos aseguraremos de que nada le siga faltando y nadie será incluso capas de tocarlo -

- eso último - ella susurro aún en medio de pequeños sollozos - él es capas de encargarse de eso último - soltó junto con una pequeña risa.

- claro... Nuestro pequeño León -

- tan valiente... Capas de desafiar a todos y no bajar la mirada -

- el primer Black en Griffindor -

Ahora sí que Sirius se encontraba llorando mientras se cubría la cara. Trataba de hacer el menor ruido posible pero el temblor de su cuerpo lo delataba claramente.

¡Hogwarts reacciona! (invitados especiales) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora