3. The ascent - HYUNGKI -SHOWKI- CHANGKI

6. Altar

Habría deseado que fuera Hoseok quien me llevara hasta el altar porque él era lo más cercano a un padre que había tenido en la vida, pero si me hubiera atrevido a sugerirlo les habría dado a los funcionarios Tyll una maravillosa oportunidad de atacarme. La marksinna Laris probablemente haría que me derrocaran, argumentando locura.

A pesar de todo, la marksinna Laris y el resto de los Tyll no tenían injerencia alguna sobre a quién podía dejar entrar en mi vestidor. DaeJun esperó fuera de la habitación toda la mañana para mantener alejada a cualquier persona que no fuera MinHyuk o Hoseok; para verme, todos los demás tendrían que esperar hasta que llegara al gran salón de la mano de Garrett, el padre de MinHyuk, que iba a ser quien me entregara ante el altar.

Llevaba horas listo. Después de lo sucedido con HyunWoo ya no pude dormir. El sol todavía no había salido cuando me levanté y comencé a prepararme. MinHyuk llegó temprano para ayudarme, pero yo ya había aprendido a peinarme y maquillarme solo; en realidad sólo me ayudó con el traje. También trató de reconfortarme, y en realidad eso era todo lo que necesitaba.

—Estás muy pálido —dijo casi con tristeza—. Tan blanco como tú traje de boda

Se sentó junto a mí, sobre el arcón a los pies de la cama; en todo momento se aseguraba de que nada se hubiera movido de su lugar en mi traje. El suyo también era precioso pero, claro, él misma lo había elegido. Era de color azul marino, con detalles en plata.

—Deja ya de abrumarlo—le dijo Hoseok a MinHyuk cuando trató de alisar el saco por enésima . Hoseok llevaba un rato dando vueltas por la habitación, jugueteando con sus mancuernas o reacomodándose el cuello de la camisa.

—No lo estoy abrumando. —MinHyuk le lanzó una mirada de enfado, pero por fin dejó el traje en paz—. Es el día de su boda y quiero que esté perfecto.

—Pero lo estás poniendo nervioso. —Hoseok me señaló, pero yo tenía la mirada perdida en el horizonte.

—Si hay alguien que lo pone nervioso, ese eres tú —contraatacó MinHyuk—. Llevas toda la mañana dando vueltas por la habitación.

—Lo siento. —Hoseok dejó de moverse pero no por ello parecía menos agitado—. Es que mi hermano menor se va a casar mucho antes de lo que yo esperaba. —Volvió a alborotar su cabello rubio y suspiró —. No tienes que hacer esto, Kihyun. Lo sabes, ¿verdad? No tienes que casarte con él si no quieres. Es decir, creo que no deberías hacerlo, eres demasiado joven para tomar una decisión de este tipo.

—Ya lo sabe, Hoseok —dijo MinHyuk—. Se lo has repetido mil veces en lo que va de día.
—Lo siento —volvió a decir mi hermano.
—¿Príncipe? —DaeJun abrió la puerta con mucho cuidado y asomó la cabeza—. Me pediste que entrara a buscarte a la una menos cuarto. Ya es la hora.
—Gracias, DaeJun —dije.
—¿Y bien? —MinHyuk me miró sonriendo—. ¿Estás listo?
—Creo que voy a vomitar —le dije con toda franqueza.
—No, no lo harás. Lo que pasa es que estás nervioso. Vas a estar bien —me dijo.
—Tal vez no sean nervios —interpuso Hoseok—. Tal vez no quiere seguir con esto.
—¡Hoseok! —le gritó MinHyuk molesto, y luego se volvió para mirarme otra vez. Sus ojos de color café mostraban calidez y preocupación—. Kihyun, ¿quieres hacerlo?
—Sí —dije con firmeza, y asentí una sola vez—. Sí quiero hacerlo.
—Está bien. —MinHyuk se levantó, y con una sonrisa me extendió la mano—. Entonces vamos a casarte.
Tomé su mano y al ponerme en pie lo estreché para tranquilizarme. DaeJun estaba esperándonos junto a la puerta, pero cuando comencé a caminar se acercó para acompañarnos.

—Espera —dijo Hoseok—. Este es el último momento que tendré para hablar contigo antes de que te cases, así que, bueno, sólo quería decir que... —Trató de encontrar las palabras adecuadas por unos instantes, mientras se tiraba de la manga—. En realidad hay muchas cosas que te querría decir. Te he visto crecer, Kihyun; eras sólo un niño mimado. —Hoseok rio nerviosamente cuando habló, y me dedicó una sonrisa.