—¿Papá Kazuki y papá Rei no se quieren? —preguntó Miri un día normal.
Como una bomba en medio de un páramo desolado la pregunta resonó. De inmediato los tenedores cayeron en los platos y ambos miraron con sorpresa a la pequeña.
—¿Por qué dices eso, Miri?
—La maestra Anna enseñó sobre las muestras de cariño. Y Hinata contó que su papá se despide de su mamá con un beso en las mañanas.
Desde que Rei y Kazuki se presentaron en las entrevistas de guarderías era bastante sencillo comprender que, a ojos de los demás, ellos eran una pareja con una hija adoptiva. No era algo con lo que pudieran luchar, si intentaran contar cualquier otra historia provocarían aún más malentendidos y confusiones. Los dos decidieron que aprenderían a vivir con ello, sin prestar atención a las ideas de puertas para afuera.
Sin embargo, se preocuparon más por el exterior que por la niña que vivía bajo su techo. Miri, como era evidente, solo tenía noción de que su madre la envió a buscar a su padre, un hombre rubio y, precisamente, Kazuki se proclamó a sí mismo como tal. Y, en el caso de Rei, era su padre por cumplir con los requisitos que Miri concebía.
Así que uno más uno es igual a dos. Si los padres y madres de sus compañeros se amaban como una pareja, entonces sus propios padres debían hacerlo también.
Era maravillosa la simpleza en la mente de una niña.
Kazuki y Rei se miraron un segundo en silencio sepulcral. Kazuki intentó pensar en una manera de explicarle a Miri la situación y cuando finalmente se decidió a intentarlo...
—Solo somos compañeros —sentenció Rei.
—¡¿Qué?! Oww...
En menos de un minuto el humor de Miri se desinfló como un globo. Sus papás no se querían como se querían los papás de sus amigos... Esa era una realidad bastante desagradable de asimilar. Incluso Rei se vio desconcertado por la reacción.
Con un panorama de tal magnitud, Kazuki no tuvo más remedio que arreglar la situación.
—¡Es broma, Miri, es una broma de papá Rei! —El interés de Miri fue llamado de vuelta, con sus ojitos esperanzados—. Por supuesto que nos queremos. ¿Por qué no sería así?
—Umm... Papá Kazuki se molesta mucho con papá Rei...
—Tu papá Rei a veces me hace enojar —dijo con la mandíbula tensa mirando fijamente al susodicho (con algo de suerte, le llegaría el mensaje), aunque relajó el tono de voz de inmediato —, pero necesito que esté aquí con nosotros, eso es lo más importante.
Miri se vio satisfecha con esa respuesta, continuó comiendo y al terminar fue llevada por Rei al baño para lavarse los dientes.
—¿Papá Rei también quiere a papá Kazuki? —preguntó, de nuevo, mientras ponía la pasta de dientes en su cepillo.
En ese momento, Rei ya había comenzado la cepillarse por lo que solo pudo dar como respuesta un "Umm" que Miri interpretó como una afirmación.
Rei tenía la certeza de necesitar a Kazuki a su lado, por supuesto. Era parte de la familia que él mismo eligió proteger, era el otro padre de su hija. ¿Qué demonios? A él la etiqueta de compañeros le parecía muy acertada; debían estar al lado del otro para criar a Miri y levantar ese hogar.
[. . .]
—¿Cómo se te ocurre decirle que no? —cuestionó Kazuki a Rei tan pronto Miri cayó dormida en su cama.
—No creí que le molestaría...
¿Los hijos de jefes mafiosos podían llegar a entender los sentimientos de una niña normal? Kazuki se preguntaba eso bastante seguido. A decir verdad no podría poner sus manos al fuego por una respuesta.
—En fin, los niños quieren padres que se amen. Para Miri no es distinto.
—Pero nosotros-
—¡Pero nada! Miri merece esa tranquilidad, ¿entiendes? Al menos hazlo por ella.
—Mmh.
—Bien. Si me acerco a ti o te abrazo, ¡es para que Miri vea cuánto nos queremos y sea feliz!
Rei se encogió de hombros. Si Kazuki hacía o deshacía le daba igual. Antes de llegar al baño pasó frente a la habitación de Miri, con la puerta entreabierta pudo verla felizmente dormida abrazando uno de sus peluches. Nunca había sido bueno para sonreír o cosas así, pero no permitiría que eso afectara a Miri. Estaba bien, si debían actuar sería por y para su pequeña hija.
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Relación Fingida [ReiKazu]
FanfictionEra obvio que las madres de la guardería y cualquier funcionario público que entrara en contacto con ellos pensaría que eran una pareja cuidando de su hija adoptiva. ¿Cuidar de su hija? Sí, era correcto. ¿Ser pareja? No exactamente... De alguna mane...