Paparazzi||°Kitty x Muerte Fic°

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-¿Kitty?.-pregunto el chihuahua levantándose del suelo, puesto que la gata bicolor lo había empujado en su intento de escapar.

Gato sintió una caída violenta en su pecho cuando vio al amor de su vida reaccionar de esa manera, no tuvo siquiera tiempo de preguntar que le sucedía, solo recibió un empujón que lo dejo siendo espectador de la situación.

-¡Kitty!.-exclamo el atigrado con angustia al verla salir disparada de la mesa.-¡Kitty, por favor espera! ¡Kitty!

-¿¡Para Flaca, a donde vas!?.-Ricitos le llamo pero nada basto, la habían perdido de vista.

Solo se escucho la puerta del local cerrar de un violento portazo, dejando a todos los presentes estupefactos. Su familia y la familia de osos no tardo ni un minuto mas en ponerse de acuerdo y seguirla.

(...)

La mente de Kitty ya no existía, su interior solo le seguía recordando lo que en ese momento sucedía: él era el depredador y ella la presa.

Mínima lentitud e iba a ser cazada.

Por supuesto que si, él era su mayor fan, la seguiría hasta que lo amara...era un enfermo paparazzi.

 Solo era un cráneo abierto por sus costuras que había explotado por el enorme miedo que despertó al ver a su mayor admirador ahí, correo como si estuviera en peligro, no se detenía, lloraba del terror y ni sus pulmones podían ayudarla a tomar aire. Volteaba, nadie le pisaba los talones, pero no se detenía.

Miraba a su alrededor, solo se topaba con esos malditos ojos rojos, solo escuchaba su voz...solo sentía sus peligrosas manos sobre ella.

"Mi señorita, no digas mentiras. No puedes rechazar a la bestia que hay dentro".

Cansada de tanto correr, su cuerpo ya no pudo mas y la hizo caer contra una pared en un callejón. Pegada de espalda ella colapso, llevando su mano al pecho como si su corazón estuviera por huir sin ella.

Sensación de peligro, miedo profundo.

Taquicardias, dolor en el pecho.

Escalofríos.

Ella estaba segura de que no le quedaba mas que estar ahí sola junto a su agonía hasta que aquellas patas canicas frente  a ella le arrancaron un gemido.

El Lobo estaba ahí. 

La tenia ante sus pies, tal como deseaba, nadie estaba cerca y nadie mas lo veía, ya nadie se la iba a poder arrebatar. Kitty lloro, rogo entre murmullos que no le hiciera nada, pero La Muerte solo la tomo delicadamente de ambos lados del rostro y se acerco con cautela, ignorando las suplicas de la chica.

Ahí fue, donde surgió el beso. El shinigami solo esperaba que el labial que su amiga: la diosa griega del amor, hiciera afecto de verdad.

Esa tarde Kitty fue dada como desaparecida.