Capítulo 20

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¿Debería preocuparse?

Soltó un suspiro, aún acostado en su cama mirando el techo con aburrimiento y, a su vez, intriga, volvió a soltar un suspiro provocando la preocupación de su mejor amigo, quién negó con su cabeza y se sentó en la orilla de la cama del sureño.

— Si sigues así, me harás morir de la preocupación — Pete miró a su amigo pocos segundos, luego volvió su mirada al techo ignorando el comentario del moreno, no sabía que decirle, más bien, estaba más al pendiente en buscar respuestas a sus preguntas que entre más pensaba en una respuesta lógica, más preguntas surgían. La irritación golpeaba su estado de ánimo que nuevamente soltó un suspiro cansado — Bien, ya basta, deja de hacer eso y mejor dime qué te tiene de esa forma.

La preocupación de Porsche aumentó, cruzó sus brazos esperando su respuesta sorprendiéndose por la mirada vacía que le dio el sureño. Pete llevó sus brazos a su cabeza y cerró sus ojos pensando en una respuesta simple, empezaba a irritarse más y el dolor de cabeza empezaba a protestar. Estaba cansado.

El recuerdo de Vegas y él en el jardín, teniendo un momento más parecido a una despedida hacía doler su corazón, la sensación de abandono se sembraba en él que lo abrumaba, verlo irse después de sus lindas palabras le provocó un nudo en la garganta que dolía tanto, quería llorar, estaba a punto de hacerlo, luego recordó en donde estaba; lo que le hizo sentir soledad, el sentimiento de odio se encendió como una fogata y lo confundió.

Exactamente... ¿Qué odiaba?

— No creo que lo entiendas, Porsche — Dijo sin ganas, con un tono lastimero que preocupó más al moreno, en el tiempo que llevaban conociéndose, a pesar de compartir varias cosas, le sorprendía el Pete que se veía apagado, sin esa sonrisa características del sureño. Le entristecía, ciertamente.

— Si no me lo dices, solo quiero saber que te tiene de esta manera, me preocupas — Acarició lentamente los cabellos del sureño, en busca de brindarle confianza, apoyo — Tal vez pueda ayudarte y si de algo sirve, que al menos liberes tu frustración, confía en mí, Pete.

Nuevamente, esas palabras que hacían al sureño querer llorar, agradecía tener a Porsche en esos momentos bajos, desde el inicio de todo, siempre estuvo para apoyarlo y entenderlo, sobre todo tratar de aconsejarlo, lo apreciaba mucho.

— Porsche... — Su vista se empezaba a nublar a causa de las lágrimas que evitaba soltar, Porsche lo abrazó y acarició sus cabellos para tranquilizarlo. El sureño solo correspondió el abrazo soltando un sollozo casi inaudible, su cuerpo tembló y finalmente liberó esas lágrimas que había evitado que salieran.

Poco a poco, se sentía relajado, cómo si llorar liberará esas frustraciones, esas preocupaciones que le mantenían confundido, aterrado. No estaba seguro, sentía que algo malo pasaría, estaba asustado por lo que estaba pasando. La sola presencia de Korn le daba una sensación que lo ponía alerta, lo alteraba, extrañamente.

Sobre todo, sentía el vacío, vacío al no tener a su pareja a su lado, de verlo marchar cuando sus tiempos limitados de estar juntos terminaba, de despedirse como si esa fuera la última vez en que se verían, y tenía miedo de que algún día así fuera, la última vez en estar junto y luego... Nuevamente vacío y soledad. El sentimiento que le abrumaba tanto.

— Tranquilo — Susurró Porsche sin detener las caricias suaves en los cabellos del sureño, que también iniciaron a acariciar su espalda por instinto — Todo va a estar bien, cielo — Volvió a susurrar, admitiendo dentro de él que ver así de destrozado a su mejor amigo, también le destrozaba. Recargó su cabeza en la del sureño, susurrando le pequeñas palabras para consolarlo, Pete lo agradecía, que no lo juzgará, que tratara de entenderlo.

I Wanna Be Yours | VegasPeteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora