Olivia, Carmen y Dani eran amigos desde la infancia. Les encantaba explorar lugares abandonados y siempre estaban en busca de nuevas aventuras. Un día, decidieron visitar una casa abandonada que se encontraba en las afueras de la ciudad.
Al llegar a la casa, notaron que estaba en muy mal estado. Las ventanas estaban rotas, las paredes tenían grietas y la pintura se estaba descascarando. Sin embargo, eso no los detuvo y decidieron entrar.
Una vez dentro, comenzaron a explorar la casa. Pronto se dieron cuenta de que algo no estaba bien. Escuchaban extraños ruidos en las habitaciones cercanas y veían sombras moviéndose por las paredes.
De repente, un grito aterrador los sacudió a todos. Dani sugirió que deberían abandonar la casa, pero Olivia y Carmen no querían perder la oportunidad de encontrar algo emocionante.
Mientras seguían explorando, se encontraron en una habitación oscura y polvorienta. Al entrar, notaron una presencia ominosa. El ambiente se volvió pesado y claustrofóbico. De repente, las puertas se cerraron y se escuchó un ruido siniestro.
Las chicas comenzaron a gritar y a llorar, pero Dani intentó mantener la calma. Sin embargo, algo lo agarró por la espalda y lo tiró al suelo. Cuando se dio la vuelta, vio algo que nunca olvidaría.
Una figura oscura, con un rostro grotesco, lo estaba mirando fijamente. Dani trató de correr, pero se dio cuenta de que ya era demasiado tarde. La figura lo había atrapado y lo estaba arrastrando hacia la oscuridad.
Olivia y Carmen intentaron salvarlo, pero también fueron atacadas por la figura. Cuando lograron escapar de la casa, llamaron a la policía. Sin embargo, cuando llegaron al lugar, no encontraron a nadie.
Desde entonces, se dice que la casa abandonada sigue siendo un lugar encantado, donde se pueden escuchar los gritos de los tres amigos que nunca regresaron.
