Había un edificio de apartamentos de lujo en el centro de la ciudad, que estaba siendo renovado. Un día, una mujer de negocios llamada Sarah se quedó trabajando hasta tarde en la oficina del último piso. Decidió tomar el ascensor para irse a casa, pero cuando el ascensor llegó a la planta baja, algo extraño sucedió.
En lugar de abrirse las puertas, el ascensor comenzó a subir de nuevo. Sarah intentó detener el ascensor, pero fue inútil. El ascensor comenzó a moverse cada vez más rápido, y Sarah comenzó a sentir un miedo paralizante.
El ascensor finalmente se detuvo en un piso desconocido, y las puertas se abrieron lentamente. Sarah salió del ascensor, pero se dio cuenta de que estaba en un piso vacío y oscuro, que parecía ser parte de la renovación del edificio.
Comenzó a caminar por el pasillo, tratando de encontrar una salida, pero se dio cuenta de que algo la estaba siguiendo. Al principio, pensó que era su imaginación, pero pronto se dio cuenta de que algo se movía detrás de ella en la oscuridad.
Sarah comenzó a correr, pero se dio cuenta de que el pasillo parecía interminable. Las luces comenzaron a parpadear y escuchó gritos y gemidos inquietantes. Finalmente, encontró una puerta abierta y entró en una habitación.
Pero cuando se dio la vuelta para cerrar la puerta, vio que lo que la perseguía era una figura extraña, con los ojos en blanco y una sonrisa siniestra en el rostro. La figura comenzó a acercarse a ella, y Sarah intentó huir, pero la puerta se cerró detrás de ella, dejándola atrapada con la figura aterradora.
La figura comenzó a acercarse cada vez más, hasta que finalmente estuvo frente a ella. Sarah intentó gritar, pero nada salió de su boca. La figura la agarró y comenzó a arrastrarla hacia atrás, hacia la oscuridad.
Sarah nunca fue encontrada, y los residentes del edificio comenzaron a tener experiencias similares con el ascensor. Muchos creen que el edificio está maldito, y que algo aterrador sigue acechando en sus paredes y en su ascensor. Así que la próxima vez que tomes un ascensor, asegúrate de que estás solo y de que no hay nadie extraño contigo.