Parte 25

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Hola, mi nombre es Ana, Ana Álvarez. Antes me conocían como Min Ana, pero después de irme de Corea del Sur decidí volver a mis apellidos antes de conocer a mi padre. Después de irme pasaron muchas cosas en mi vida, logré ingresar a la universidad y estudié una carrera referente a cinematografía.

Todo iba bien, hasta que durante mi primer mes escolar hubo un gran terremoto, muchos de los estudiantes quedamos atrapados debajo de los escombros, nos daban por muertos, pero por suerte logré salir, llamaron a mi padre porque creyeron que había fallecido en el incidente. Creo que ese fue el momento donde verdaderamente noté alegría en el rostro de mi padre al verme, en ese momento nos unimos de alguna forma.

En fin, al terminar mi carrera universitaria recibí muchas ofertas de trabajo, pero por azares del destino terminé regresando al lugar al que jure no volver, que les puedo decir, la vida no es como quisiéramos, aunque ahora debo dejar de quejarme y agradecer por lo que tengo.

El vuelo está próximo por aterrizar y me cercioro de que todo esté en orden, giro a mi lado y veo dormir plácidamente a mi pequeña. Por cierto, tengo una hija de tres años, Eunha, Min Eunha es su nombre, una de las razones por las que no deseaba regresar era por ella, pero debo de afrontar todo por su bienestar. Lentamente la moví y abrió sus ojitos de apoco.

Eunha- Mami, ¿ya llegamos?- dijo mientras bostezaba.

Ana- Si cariño, vamos.- la tomé de la mano y caminamos a la salida.

Al llegar a la recepción mi pequeña soltó mi mano y corrió en dirección de mi padre, quien nos esperaba junto Haneul en la entrada. Eunha y mi padre tienen una conexión que sigo sin entender, al llegar a ellos, el la levantó en brazos y la cargó en mi dirección.

Ana- Padre, madre, es un gusto verlos.- les hice una reverencia como saludo y cuando menos lo imaginé, Haneul me abrezó.

Haneul- Me alegro que estes con nosotros de nuevo Anita.- la abracé de vuelta y los cuatro nos dirigimos al departamento de mis padres.

La cena fue tranquila, nos la pasábamos contando anécdotas hasta que mi padre se puso serio y empezó a hablar.

Padre- Ana, ¿mañana es tu primer día de trabajo?-

Ana- Así es padre.-

Padre- Si gustas puedo hablar con el señor Park, te podría dar más tiempo para que te adaptes.-

Ana- No te preocupes, la verdad no queremos afectar su vida cotidiana y entre más pronto nos acostumbremos será mejor para nosotras.- dije mirando a Eunha jugando con su pasta.

Haneul- No te preocupes por ella, puedes dejarla conmigo, la cuidaré.-

Ana- No quiero ser una molestia, el día de mañana Min Eunha empezará el kínder.-

Padre- Se que te preocupa mi situación pero quiero que sepas que tú y mi nieta son bienvenidas en casa, además de que me hace muy feliz tenerlas aquí.- lo dijo mientras tomaba mi mano y la de Haneul.

Ana- Gracias, a los dos.-

Después de eso la cena transcurrió normal y todos nos fuimos a dormir. Al entrar a mi habitación me sorprendí, tenía muchas fotografías que yo había tomado del grupo de periodismo y sobre mi mesita de noche estaba una libreta que había olvidado, esa libreta me la regaló Seo Changbin en un invierno, sonreí al verla, me trajo recuerdos de cuando Min Ana fue feliz.

Pero ahora, ella ya no existe, por el bien mío y de la pequeña que duerme a mi lado, debo de ser determinada y fuerte, nada puede ser igual que antes.

A la mañana siguiente me preparé junto a mi pequeña, primero la iría a dejar a la escuela y después de eso me iría a trabajar, todo estaba perfectamente planeado, nada podría salir mal, pero siempre me pasa todo lo contrario. Así fue como terminé en la oficina de la directora del kínder de Eunha.

Stray Kids-Winter FallsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora