ch. 05

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DE VUELTA A NUNCA MÁS EL AMBIENTE FUE TRANQUILO

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DE VUELTA A NUNCA MÁS EL AMBIENTE FUE TRANQUILO. Weems la regañó por escaparse y de hacer enemigos con el pueblo, lo que normalmente esperaba. No le importó demasiado el tema, Eurydice lo dejó ser y se encerró en su habitación. Ansiaba desplegar los brazos en la cama y mirar por horas el techo blanco que la volvería loca.

«Tienes que aprender a representar los valores de Nunca Más, así el sheriff Galpin no te tendrá en la mira como a Merlina Addams». Weems sonaba demasiado seria sobre el último aspecto. Los locales amaban entrometerse en los asuntos de los demás que crearon puestos de trabajo con el derecho de hacerlo sin ser juzgados. El sheriff Galpin, un hombre que no ocultó su desprecio al verla, tenía una mirada muy aguda al oír el nombre de Eurydice Pym. Claro que Merlina se llevó la mejor parte de oír que su padre debía estar preso por homicidio.

Sócrates interrumpió sus pensamientos cuando soltó un maullido de sorpresa. Ruido venía de afuera. La luna llena se alzaba, como los aullidos de los estudiantes hombres lobos de Nunca Más.

Un vago pensamiento apareció en Eurydice, al igual como los saltos de una piedra contra el agua. Diminuta y cortante: ¿cómo sería tener a otro wendigo en Nunca Más? Era una pregunta que arruinó su paz y la mantuvo mirando fijamente el pelaje blanco de Sócrates, que ronroneaba a sus pies, porqué tampoco tenía una respuesta fácil. Con los únicos de su misma especie que había interactuado era su propia familia; los Pym. Había oído de otras familias, pero que, por el miedo de los humanos, fueron cazados hasta que no quedaran más. En pocas palabras: al punto de extinción.

Era una historia que no le encantaba repasar, ya que, de alguna manera, también se encontraba involucrada.

Eurydice sintió un peso en su pecho, una sensación que demoró en tragar, pero que desapareció en cuanto tocaron a la puerta. Era fin de semana, día de descanso obligatorio, como también su participación en el Festival de la Cosecha. La cara de Weems derrochando superioridad esperaba ver, pero a cambio, los ojos muertos de Merlina Addams contrastaron con la pulcra habitación.

—Me complace menos que a ti, créeme —fue lo primero que dijo la chica al verla—. Weems tiene la idea de que si estoy contigo no harás un festín con los pueblerinos.

¿ELLA DIJO ESO?

—Utilizó otras palabras.

Merlina agachó la mirada, observándola detenidamente de pies a cabeza.

—¿Una nueva dieta?

Eurydice anotó unas palabras, las cuales de inmediato tachó y simplemente mostró:

¿AÚN SIGUES AQUÍ?
ME SORPRENDE LO OBEDIENTE QUE ERES.

Su expresión no flaqueó, pero Eurydice notó un cambio en su frecuencia cardiaca. Era un tema sensible, al parecer. O, tal vez, uno del cual se encontraba planeando minuciosamente y que no esperaba ser descubierta tan fácilmente.

𝐄𝐔𝐑𝐘𝐃𝐈𝐂𝐄 ──── wednesdayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora