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Agustín Guardis:

Algunos años después...

Me levanté sintiendo que mi culo dolía muchísimo, Marcos la verdad que se esmeró anoche, me senté en un costado de la cama y sentí el brazo de este último rodear mi cintura.

- No te vayas amor – susurró acercándose y dejando besos sobre mi hombro desnudo. Sonreí y miré para atrás.

- Se me está haciendo tarde amor, tengo que ir a la radio – dije mirando sus hermosos ojos verdes, él hizo un puchero y se sentó como indio.

Me acerqué y lo besé suavemente, él me correspondió y me tiro hacia su regazo, pasó sus manos por todo mi cuerpo, y yo protestado me alejé rápidamente de él, riéndome al ver su expresión exagerada de tristeza.

- Vos también tenes que ir a trabajar así que levántate – dije caminando hacia el baño, el negó con la cabeza y se volvió a acostar en la cama.

Suspiré, ¿Cómo es que aún con 28 años Marcos sigue siendo igual? Sonreí para mi mismo mientras entraba en la ducha, han pasado varios años desde que me enamore de Marcos, pero me cuesta aguantar que siga siendo un niño caprichoso para algunas cosas.

Tome mi toalla y salí del baño, chocándome con la imagen que el vago de Marcos aún seguía durmiendo, paso a explicar que no lo echaron porque es su propio jefe en su estudio de abogados, sino ya lo hubiesen hecho, llega tarde todos los santos días. «Pero con el tema de la puntualidad no me puedo quejar, entre fantasmas no nos vamos a pisar la sabana»

- Marcos haceme el favor de levantarte y anda a bañarte ahora mismo – dije moviéndolo, el abrió los ojos y sonrió, luego me tiró un beso que me hizo revolear los ojos y fui a vestirme – acordate que tenes que llevar a morita al veterinario hoy.

Mire de reojo como se levantaba y caminaba arrastrando los pies hacia el baño, es como lidiar con un nene, sonreí por lograr mi cometido y seguí vistiéndome, cuando termine salí de mi habitación y fui a la de al lado.

- Azul, hija dale despertate – dije dulcemente mientras corría las cortinas, caminé hacía su cama y la vi abriendo sus ojitos.

- Papi un ratito más, cinco minutos– respondió bostezando, digna hija de Ginocchio.

- No, ni cinco ni tres, tenes que ir al jardín – dije acariciando su pelo y ella comenzó a querer empezar un berrinche – no te quiero escuchar Azul Ginocchio, arriba ya.

Azul se parece a Marcos solo que tiene los ojos celestes a mí y es muy baja de altura para su edad, me banco a marcos siempre jodiendome con eso, tiene tres años y ni bien nos casamos alquilamos un vientre con la decisión de ser padres, en este caso, Marcos puso su esperma y el ovulo que obtuvimos era de una chica que vivía en Alemania, así que tenemos una hija que parece una muñeca de porcelana. En cuanto a su carácter, es una Guardis, obstinada, divertida, no se calla una, se pone chinchuda por todo y podría seguir, pero mejor dejémosla ahí porque me hundo solo. Lo que si puedo decir es que es el amor de nuestras vidas, es primer nieta y primera sobrina, simplemente una malcriada, los padres de Marcos se la pasan más acá que en salta desde que nació y de mi familia ni hablar, son unos intensos. Pero azul la ama con su vida y ellos a ella.

abrió completamente sus ojos y me miró en silencio durante varios segundos. Yo le devolví la mirada arqueando una ceja ¿Por qué me mira tan fijamente?

- Papá dice que sos muy lindo, pienso lo mismo– dijo con inocencia, me sonroje y me quede sin aire por unos segundos. Al ver a Azul acomodarse para volver a dormir fruncí el cejo, solo dijo eso para distraerme.

- No intentes comprarme amor, no va a suceder – respondí levantándola en brazos, se rió y me abrazó.

La llevé hasta el baño y comencé a bañarla...

¿𝙽𝚄𝙴𝚅𝙾 𝚂𝙷𝙸𝙿? ; 𝙼𝙰𝚁𝙶𝚄𝚂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora