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Habían pasado tres semanas y días desde que no había tenido señal de Marcos desde ese último mensaje, no contestaba las llamadas, los WhatsApp, los mensajes de Instagram, absolutamente nada «Le estaba haciendo la ley del hielo y no se la merecía» Agustín sabia que no estaba en Buenos Aires, había visto algunas historias de los familiares de Marcos que estaban juntos pasando algunas tardes en Salta.

Agustín no podía parar de tener la cabeza a mil por hora y no era para menos, no entendía nada de lo que había pasado y las mil de veces que fue a buscar a Santiago en la semana para que le de una explicación de lo que paso, no fueron atendidas o cuando lo hacía no explicaba nada de lo que el platense necesitaba saber.

Ya había pasado casi un mes sin saber nada de Marcos y la idea lo estaba volviendo loco, necesitaba levantarse de su cama y luchar por este amor que sentían «Estaba seguro que lo sentían ambos» Como podía ser posible que un mal entendido arruine todo lo que estaban construyendo juntos en tan solo segundos, no era para nada justo, claro que no.

El platense se levanto de su cama cuando se le ocurrió la brillante idea de ir a visitar a Santiago, pero esta vez tenía que tener un plan no podía desaprovechar la oportunidad que este le podía brindar, necesitaba engañarlo y grabarlo mientras decía toda la verdad de lo que había pasado y así lo hizo.

Santiago abrió la puerta y revoleo los ojos para arriba cuando vio a Agustín.

- Es la sexta vez en cinco días que venís Agustín – exclamó – no es que me molesté tu visita para nada, todo lo contrario, pero ya te dije que no se nada de Marcos ni me interesa. Como consejo de amigo: arreglen las cosas solos sin meter a terceros.

Agustín paso a la casa de su amigo siguiéndolo y cerro la puerta tras ellos.

- Santiago por favor, ya no se que más hacer para que me ayudes y me digas lo que dijiste – Agustín hablaba mientras hacia que jugaba con su celular – por favor.

- Bueno, me resulta interesante la propuesta, si queres que te diga la verdad hacemos un canje – dijo.

- Bien acepto, pero primero contame – ordenó mientras ponía play a la grabación en su celular – soy todo oídos.

- Pero...

- Primero la trampa después el queso – exclamó Agustín usando una frase de su ex compañero de la casa.

- Bien, si no queda otra – anunció Santiago mientras revoleaba los ojos para arriba – Tu adorado marquitos vino hace mas o menos tres semanas a casa a hacerse el malo conmigo y tal vez exagere algunas cosas que dije, se fue enojado pero nunca me imagine que se iba a ir a Salta y te iba a dejar acá plantado, si sabía que eran tan fácil de engañar lo hubiese hecho desde el día uno.

- ¿Le mentiste sobre lo que paso con nosotros? En serio estás loco.

- Una mentira cortita, tal vez distorsione un poco las cosas.

- ¿Qué cosas?

- Santiago...

- SI AGUSTÍN SI – gritó acercándose a él – me desesperé cuando me conto lo que hicieron en Salta y le mentí, le dije que vos habías querido el beso que yo te iba a dar, que había amor entre nosotros desde siempre y muchas cosas más que ahora no se me vienen a la mente, perdón, fui un despechado y ahora lo veo, pero igual no me importa míranos ahora – toco la mejilla del contrario recibiendo rechazo de este – ahora me venís a buscar, por algo estas acá.

- Estas loco, en serio.

Agustín supo que eso ya era suficiente y tenía que huir de ahí si quería salir vivo, se alejó de Santiago y agarro su celular nuevamente parando la grabación y guardándosela, se dio vuelta mirando con resentimiento a su amigo, se podría decir ex pero eso tenía que pensarlo un poco más, decidió darle una última mirada de decepción y se fue del lugar siendo llamado a los gritos por Santiago, pero salió sin mirar atrás de esa casa... era momento de actuar.





¿𝙽𝚄𝙴𝚅𝙾 𝚂𝙷𝙸𝙿? ; 𝙼𝙰𝚁𝙶𝚄𝚂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora