03.

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El celular de Agustín sonó más fuerte de lo normal haciendo que este ultimo y Marcos casi se mueran de un infarto levantándose sobresaltados, sin entender que pasaba, estaban durmiendo muy profundo como cuando decís que vas a dormir una horita de siesta y terminan siendo cuatro.

Agustín agarro el celular separándose del pecho de Marcos intentando deslizar el botón verde para contestar con los ojos todavía cerrados.

- Hola, ¿Qué pasa?

- ¡Agustín! Que onda, ¿vas a ir a la entrevista que tenes hoy o vas a seguir con la novelita de amor versión Cris Morena? – dijo Santiago con un tono un poco altanero.

Marcos hizo una pequeña sonrisa al escuchar la voz enojada del anterior y apretó su agarre en la cintura de Agustín trayéndolo un poco más cerca si eso fuese posible.

- ¿Qué hora es? Dijiste que era a las tres de la tarde recién – dijo mientras refregaba sus ojos y le regalaba una sonrisa al salteño cuando sintió la acción del anterior.

- Agustín son las dos de la tarde hermano, ya no estas en gran hermano, pero si queres te lo cancelo, total perdes vos.

- Mierda, nos vemos en el estudio, no canceles nada. – anunció mientras cortaba la conversación dejando que Santiago siga hablando solo.

Agustín se destapo rápidamente para poder salir de la cama e ir a bañarse, pero el agarre de Marcos no cedía a pesar de que había escuchado la charla anterior, ya que dormido Agustín había apretado el botón de alta voz.

- Primero buenos días ¿no? – dijo marcos mientras le daba pequeños besos en su cuello.

- Buenos días, pero levántate porque no podemos estar como bellos durmientes – manifestó mientras intentaba levantarse. «Necesitaba no caer en la tentación de los besos de Ginocchio, ya había estado todo el fin de semana bajo los efectos de este y su culo le estaba pasando factura»

Pero aún así Marcos no cedía ni un poco su agarre, ser campeón de Jiu jitsu tenía que servir para algo y con la fuerza que imponía lo dejaba notar. Por más que luchara Agustín no iba a poder salirse de este.

- Sos un caprichoso, en serio, me van a matar, pero tal vez puedo darte unos diez minutos – Dijo mientras se subía arriba de Marcos dejando pequeños besos por toda su cara, pasando una pierna en cada lado del cuerpo del anterior. «Dios, si mis mañanas siempre van a ser así, ¿Dónde firmo?» el platense al ver la reacción de sorpresa del salteño sonrió y beso con pasión sus labios teniendo una respuesta positiva, bajo su lengua por todo el cuello y torso del anterior. Marcos acerco uno de sus dedos al culo de Agustín sin ninguna acción previa.

- Primero un café ¿no? – preguntó Agustín regalándole una sonrisa pícara.

Marcos sonrió arrepentido y asintió, luego movió suavemente sus dedos en el interior del mayor mientras este besaba su cuello. Metió otro dedo y los movió con fuerza y rapidez – Dios - gimió Agustín mientras hacia pequeños movimientos para lograr más contacto con sus dedos, sintiendo que estos no eran suficientes. Se separo un poco dejando a Marcos con una reacción de confusión y bajo el bóxer de este agarrando su erección para posicionarla en su entrada, el salteño abrió los ojos lo más grande que podía, pero...

Volvió a sonar el maldito celular.

- Dios no puede ser de nuevo – murmuró Agustín mientras salía de encima de Marcos dejándolo tirado en la cama, solo. Este último simplemente se rió sin enojarse, ya iban a tener tiempo cuando volvieran, agarro la almohada acomodándose para hacer un poco de fiaca antes de levantarse para poder acompañar a Agustín a la entrevista, si iba a acompañarlo no importaba que pensaran, siempre el "SOMOS AMIGOS" los salvaba «Aunque somos pocos y nos conocemos mucho.»

¿𝙽𝚄𝙴𝚅𝙾 𝚂𝙷𝙸𝙿? ; 𝙼𝙰𝚁𝙶𝚄𝚂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora