𝗜𝗻-𝘆𝗼𝘂 [Sᴇᴏɴɢᴊᴏᴏɴɢ]

𝟐𝟒

A la mañana siguiente un pequeño rallo de luz se colaba por la ventana, haciendo que esto despertara del sueño al omega.

La sensación de tener un vinculo con su prometido pues era algo nuevo para el, pero a su vez también era algo muy agradable.

Rápidamente su mano se dirigió hasta su cuello, para tocar su reciente marca que aun estaba algo rojiza debido a lo reciente que era.

Pero su objetivo no fue permitido ya que su Alfa estaba en su cuello.

Posteriormente comenzó a sentir que alguien lamia la zona, provocándole cosquillas con el tacto de su pie y el de su lengua recorriendo su reciente marca.

— Hwa me haces cosquillas — habló mientras soltaba un pequeño ronroneo.

El contrario paró y cambió de posición quedando frente al omega.

Un pelo travieso se escapo de su oreja a si que se lo recolocó.

— Eres hermoso mi sol — volvió a hablar el alfa.

— Deja de coquetear conmigo — dijo el contrario soltando una pequeña risita — ¿Nunca te cansas? —

— Jamás — respondió el contrario con una pequeña sonrisa en sus labios.

— Levantémonos, Rose vendrá en unas horas y tendremos que hablar con ella — el contrario asintió.

La pareja en escasos segundos se levantaron y se dirigieron al salón donde estaban toda la familia.

— ¿Rose no está? — preguntó Hongjoong a los presentes.

Todos ellos se quedaron observando al omega sin responder nada pues en su cuello había una marca rojiza que se ganaba todo el protagonismo.

— ¿Eso es lo que  creo que es? — hablo la madre del omega entusiasmada mientras señalaba el cuello de su hijo.

Él omega asintió un poco sonrojado por la situación en la que se encontraba pero feliz por todo lo que sucedió.

— Mi hijo está creciendo muy rápido — la madre del contrario se acercó para abrazar a su pequeño pero no se percataba que lo estaba mientras aplastando a su hijo con sus brazos.

La omega se hecho a los brazos del omega y este quedó sorprendido.

— Sabía que eras el indicado — Dijo la omega mientras se separaba.

— ¿Quién yo? — preguntó confundido el alfa pues no sabía muy bien a quien se estaba refiriendo.

— Si, lo supe después de la primera reunión que tuvimos, vuestras miradas me lo decían todo — la omega habló, se separo del brazo y sonrió  dulce pareja.

Y aunque en un principio quisiese casar a su hija con el contrario creo que fue buena decisión juntarle con el alfa, pues bien ayer le demostraron el amor mutuo que se tenían el uno al otro.