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DE UN SALTO, EDÉN BAJO DE SU FORNIDA Y FIELDRAGONACUANDOESTA aterrizó a pocos metros de la cripta. Meleys gruño, más bien un chillo. Esa fue su manera de decirle a su jinete que ese lugar no era seguro. Mensaje que ella entendió. La peli rojiza acarició el rostro de Meleys y deposito un beso en su mejilla después de decirle que pronto volvería.
Mientras caminaba hacia la cripta, se despojaba de sus guantes negros. La puerta estaba entreabierta. Cuando la iba a empujar para adentrase en el lugar, se detuvo. Su mano se quedó en el aire. Una oleada de temor recorrió su cuerpo. Aún con la mano en el aire, instintivamente volteó a ver Meleys, quien extrañamente para Edén, la veía con aflicción.
Pero ella aún estaba ahí.
Aún estaba a tiempo.
Aún podía volver con Meleys.
Aún podía irse de allí.
Se volvió hacia enfrente y empujó la puerta, está rechinó. Estaba oscuro adentro. No parecía haber alguien. Excepto que Merlina estaba allí. Herida. Edén intento avanzar pero una mano desconocida en su boca y otra en su cintura se lo impidió. Alguien la llevó hacia atrás de la cripta.
No hizo falta que Edén intentara zafarse, fue soltada. La peli rojiza levantó su mano dispuesta a atacar a quien sea que se haya atrevido a tocarla. Bajo su mano cuando vio a Tyler.
——Tu.——Dijo con resentimiento.
——Hola.——dijo el con timidez. Sabia que lo que vendría después de que Edén preguntara por su libro sería el fin de ellos.
——¿Donde esta mi libro?——Preguntó.——Se que fuiste tú quien lo robó.——al no obtener una respuesta, el rostro de la peli rojiza se enfureció y su voz se endureció.——Tu reina te exige que lo entregues AHORA.
Tyler se asustó un poco por el tono que la peli rojiza había usado con el.
——Lo siento.
——No me importa si lo sientes.——dijo, sin importarle cuan dura había sonado.——Entrégame mi libro.
——Laurel lo tiene.
Tyler esperaba una mala reacción por parte de Edén, a quien no le preocupaba en absoluto que Laurel tuviera el libro, pues no podría llevar a cabo ningún hechizo que estuviera en el libro. Ni siquiera el que liberaba al Hyde de su amo, por el cual estaba sumamente interesada. Edén se aseguró de que en un futuro no muy lejano ese hechizo no cayera en manos equivocadas cuando arrancó esa y otras páginas del libro.
