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Lisa se miró al espejo y sobó una vez más su mejilla, ahí donde se encontraba un círculo morado provocado por el bonito pie de Jennie

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Lisa se miró al espejo y sobó una vez más su mejilla, ahí donde se encontraba un círculo morado provocado por el bonito pie de Jennie.

Si no le gustará tanto...

El maquillaje hizo su magia y el moretón había desaparecido en cuestión de segundos.

Suspiró frustrada antes de bajar a desayunar.

Jennie a la vez no se sentía muy bien, tenía un horrible dolor de estómago y un poco de resaca.

— No puedo creer que lo hicieras, me da mucha vergüenza ser tu amiga Jen — se quejó Mina haciendo un puchero abrazando a Rosé por la espalda mientras estaban acostadas en la cama.

— Ni que lo digas, nuestro prestigió ha bajado dos niveles, nadie nos va a tomar enserio de ahora en adelante — dijo Rosé.

— Ustedes no se preocupan por mi — se quejó esta vez Jennie y se hizo bolita en el poco espacio que tenía de la cama de Rosé — Casi muero ahí con ella y ustedes preocupándose por su reputación y prestigió.

— Jen, fue demasiado vergonzoso, saliste llorando y gritando acerca de un monstruo.

— ¡Es que tiene un monstruo ahí abajo! — gritó por la poca compresión de sus amigas.

— Pero eso todo el mundo en la escuela lo sabe.

— Ella dijo que no media 26 centímetros yo confíe en ella.

Mina y Rosé se miraron entre ellas y luego se empezaron a reír como focas retrasadas.

Molesta Jennie tomó la almohada y empezó a golpearlas, después las tres estaban jugando cuáles niñas de preescolar.

Todo se detuvo cuando el celular de la mayor empezó a sonar.

— Aloo —  dijo después de contestar con una sonrisa en los labios.

Esta vez fueron Mina y Jennie las que se miraron entre sí.

— ¡Roseanne bajate de la mesa! — gritaron ambas.

— Hijas de pu..., no, no te digo a ti — La cara de Rosé estaba demasiado roja — Sí claro ahí estaré... ¡Voy a matarlas! — gritó después de colgar.

Las tres chicas corrieron por toda la habitación de Rosé mientras se burlaban del rostro rojiso de la mayor.

— Ufff... Tienen demasiada energía para mi salud — se quejo la mayor después de perseguirlas un rato — cierto... Cierto. ¿Te acuerdas de la chica de ayer? — le pregunto a Jennie, la menor asintió — me ha invitado a ver una película en su casa.

— Quiere cojer — dijo Mina.

— ¡No! — La mayor rodó los ojos — ha dicho que invite a mis amigas.

— Oh... ¿Y qué estamos esperando? — corearon Mina y Jennie — préstanos ropa.

Las tres se metieron a la ducha mientras bromeaban sobre la ropa rosa de Rosé.

— No toda mi ropa es rosa — se quejó la mayor.

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