𝐹𝓇𝒶𝓃𝒸𝒾𝒶

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 Su capa larga chocaba con el piso cada vez que aparecía una imperfección en el piso en el que estaba andando, la capa que se encargaba de consumir los comentarios a su alrededor y darle más peso en su caminar. Aquellos comentarios le picaban el cerebro, además de que algunos gritos de críticas odiosas hacia él le rompían el corazón en mil pedazos y lo volvían a hacer una y otra vez. Pervertido, depravado, acosador, estúpido, mentiroso, hipócrita, abusador, agresor, idiota, mal padre y sobre todo, violador.

 Cuando llegó a su destino, se encontró con sus hermanos, España y Reino Unido, así que se abrazó y pegó al más alto de ellos, dejándolo confundido y triste al escuchar sollozos fuertes y agitados. La ropa del español se le pegaba a la cara, pero eso no importaba para nada, quería llorar y ser consolado por alguien que lo quiera y sus hermanos eran perfectos para ello; eran los únicos que le creían además de algunos reporteros, investigadores y su abogado.

—Yo no le hice nada... No quiero ir a prisión...— repetía.

 —Deberías haberlo pensado antes de violar a esa humana inocente— habló, metiéndose en la conversación de los tres hermanos.

 —Cállate, nadie te invitó, así que déjalo en paz, ni que fueras investigadora—

 —Todo lo que dijo la chica apunta a que si es culpable. Además, viste lo traumada y desesperada que estaba, lloraba a mares la pobre—

 —Cualquiera puede fingir lágrimas de cocodrilo para ganar una demanda con una increíble suma de dinero, así que debo pedirte que te retires o me aseguraré de que nunca más puedas meterte en una conversación ajena— amenazó con la mano en su muslera, alertando que sacaría algún tipo de arma. 

 —Como sea... De todas formas, estoy segura de que el juez hará justicia por esa pobre niña indefensa— Se sentó frente a ellos —Un tipo que literalmente compra absolutamente todo a quien ame, que es una fiel pareja y tiene un sentido del humor hermoso al igual que su personalidad y sonrisa; la chica obviamente cayó rendida a tus pies y tú te aprovechaste de ella, totalmente repugnante y despreciable—

 —Te acabo de decir que te vayas— apuntó con el revólver a la cabeza de la portuguesa, la cual se asustó, pero lo guardó.

 —Pst... Hasta su hermano es un criminal— miró al británico que le apuntaba —He visto cómo me miras, eres un pervertido— Se cubrió resignada con su saco.

 —Jaja, guarda tu ego, ni que estuvieras tan buena como para andarte mirando— rió histérico.

 —Si claro, pervertido de clóset— susurró con odio.

 La portuguesa se marchó, teniendo a toda la prensa detrás suyo como si ella fuese la supuesta víctima.

 —Agh... Odio a esa tipa, fue un infierno ser su cuñado— agregó, mirando a España, el ex-marido de Portugal.

 —Bueno, ahora simplemente hay que descanzar la cabeza y trabajar... Mañana nos espera el abogado— habló con seriedad el hispano.

 —Tú no te preocupes mi bollito de pan porque tus hermanitos te van a cuidar~— dijo con voz chillona para molestar, pellizcando un poco las mejillas francesa —Tú sabes que pagaré y haré cualquier cosa para que quedes libre y feliz~— habló de la misma manera.

 Francia quería morir, quería matarlos a todos y quería llorar.

One-Shot CountryHumans IIOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz