Agosto de 1948
Gabriel y Jesús lograron su objetivo, ahora adquirieron grandes ganancias gracias a los retos superados y aprendizajes adquiridos.
Gabriel aprovechaba sus días de descanso para ayudar al tío Juan Carlos en el hotel, recibiendo a los huéspedes y manteniendo el lugar limpio e impecable.
Y por supuesto, en ningún momento dejo de pensar en Maria, tan solo imaginarla en su mente, visualizando con cada detalle su perfecto rostro, causaba que su corazón latiera de nueva cuenta como un tambor acelerado.
La mañana del Jueves; Gabriel arreglaba las enormes montañas de periodico, pero su trabajo fue interrumpido por su compañero Roberto quien le dio una nueva orden; que llevará el periodico de hoy al señor Cataño.
Salio de la imprenta con el periódico en la mano y camino hacia la enorme casa de murales amarillos. Fue hacia la puerta principal decorada con vitrales de colores con formas de flores, toco tres veces y enseguida una voz aguda le respondió.
-¡Enseguida voy!
La puerta se abrió y ante Gabriel apareció una mujer con largas trenzas que le llegaban al pecho. Usaba un vestido largo de color fiusha y un rebozo de un tono negro como el carbón. Llevaba también unas sandalias hechas a base de madera.
Su rostro era arrugado como el de una pasa. de piel morena y labios delgados.
-La casa de la familia Nochebuena Castaño ¿En que le puedo ayudar?
-Buen día señora, permítame presentarme. Soy Gabriel y soy trabajador de la imprenta. Vengo a traerle a su esposo el periodico...
-¿Mi esposo?
-Sí señora.
-No jovencito, él no es mi esposo. Yo sirvo a la familia Nochebuena Cataño desde hace varios años- respondió en tono molesta.
-Lo siento. Yo creí...
-Pues no. Yo soy Guadalupe Garcia. Y sirvo a la familia de esta casa como le mencione.
-Lo lamento...
-Debería ser más educado.
-Señora Guadalupe le pido mis más sinceras disculpas, no hace mucho que llegué al pueblo y no conozco muy bien a su gente.
-¿Así que no eres de por aquí?
-No-negó con la cabeza apenado.
-Bien, te daré otra oportunidad.
-De verdad disculpe.
-Ande, pásele.
Gabriel entró, y se asombró al ver la inmensa casa que tenía el señor Cataño.
Todo el mural y las escaleras estaban hechas de madera de calidad.
Del lado izquierdo estaba la sala. Una enorme habitación con un gigantesco candelabro plateado que colgaba del techo, yacían tres enormes sofás y una mesa redonda que tenía en el centro con un jarrón con flores.
-Sígame.
Siguió a Guadalupe por un largo corredor hasta la habitación del fondo; donde vio una larga mesa rectangular y varias sillas acolchonadas.
-Señor Cataño, aquí viene un chico a dejarle el periodico.
-Perfecto, yo no puedo tomar una buena taza de café sin tener el periodico conmigo.
Gabriel se acercó hacia él y le entregó el periodico.
-Gracias jovencito. ¿Cómo está todo por allá en la imprenta?
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MÉXICO MÁGICO I. LA LAGRIMA DE LA LLORONA
FantasyEsta historia ha sido escrita con mucha amor, y principalmente llena de orgullo por mis raices mexicanas. Esta es la historia de Gabriel Aureliano Gallaga Hernandez Cruz que se adentrara a una gran aventura llena de magia, enfrentara sus grandes mie...