Gabriel avanzaba con pasos inseguros, caminaba por un extraño camino cubierto de cientos de pétalos de cempasúchil, la neblina cubría su vista y le era imposible ver lo que tenía delante y mucho menos a su alrededor.
Su compañero Víctor iba a su lado, sereno y con el ceño fruncido. Al percatarse del extraño comportamiento de Gabriel y de sus manos temblorosas que jugueteaban entre sí, se atrevió a preguntarle:
-¿Todo bien?
-Es solo que estoy muy nervioso.
-Trata de estar tranquilo.
-Claro lo intento, pero estoy muy preocupado por mi esposa, ahora mismo debería estar con ella, me necesita mucho más.
-¿Quieres salvarla, no es así?
-Por supuesto.
-Entonces deja de comportarte así, debes mostrar respeto y firmeza cuando estemos frente a la Dama de la Muerte.
-Lo lamento Víctor, pero estoy muy nervioso. Tu dijiste que la respuesta de la Dama de la Muerte dependerá de todo.
-Así es. Eso fue lo que dije.
-Ya lo entiendes, por eso estoy así, porque temo que rechace mi súplica por salvar a mi esposa.
-Ten fe.
-Víctor no puedo...
-Basta. Cálmate. Ahora lo único que puedes hacer es tener fe e implorar al cielo que su respuesta sea favorable. Pronto estaremos en tierras sagradas y debemos guardar respeto.
La neblina se dispersó, Gabriel finalmente logró ver con más claridad lo que tenía frente a él, una enorme ciudad colorida e luminosa.
En la punta de la torre más alta, resaltaba la figura de un corazón hecho a base de piedra.
Miró a su alrededor y miles de fantasmas flotaban por el río de aguas oscuras que rodeaban el castillo, al igual que docenas de esqueletos que se movían sin cesar por todo el lugar.
Fue cuando Gabriel llenó su mente con varias preguntas.
¿Cómo pude terminar aquí?
¿Cómo fue que me uní al grupo de cazadores?
¿Acaso hice lo correcto?
¿Lograre salvar a mi esposa?
¿Podré salvarla o acaso todo será en vano ?
. . . .
22 de Mayo de 1948
-Hijo mío, por favor no te vayas.
-Perdóname abuela, pero debo hacerlo.
-No, no. Te lo suplico, no hagas esto,
-Mi amor, que me diría tu madre desde el cielo si ve que tu te vas de la casa.
-Abuela ella sabe que no deseo estar más aquí, quiero vivir mi vida.
-Te lo ruego hijo- dijo entre lágrimas la abuela Vale.
-Prometo que nos vamos a volver a ver- hablo con tranquilidad el
joven sosteniendo su mentón con ternura.
-Prometelo hijo.
-Así va a ser
-Llévate la bendición de la Virgen de Guadalupe.
-Gracias.
-Dios mío, madre mía, cuida a mi nieto en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo. Amen- comentó la abuela realizando la señal de la cruz con su mano.
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MÉXICO MÁGICO I. LA LAGRIMA DE LA LLORONA
FantasiEsta historia ha sido escrita con mucha amor, y principalmente llena de orgullo por mis raices mexicanas. Esta es la historia de Gabriel Aureliano Gallaga Hernandez Cruz que se adentrara a una gran aventura llena de magia, enfrentara sus grandes mie...